Mutagénicos, ‘¡¡Mutan!!’

La escena regional nos vuelve a dar una gran alegría, en este caso el segundo largo de Los Mutagénicos, formación de trayectoria consolidada y que va ganando en reputación en el circuito del Rock & Roll. Si su primer disco, El Guateque (2014), ya mostraba esas señas de identidad basadas en el rock sesentero, el garaje y el surf rock, con unas guitarras poderosas, en ¡¡Mutan!! se produce una evolución hacia la dos primera dirección. La formación ha sufrido algunos cambios y, en la actualidad, la integran Alfredo ‘Roto’, Santi ‘El Pequeño’ y la incorporación de Pablo Magariños a la batería. Junto a ellos, participó en la grabación del disco Jorge ‘Stereo’, otro de los miembros originales de la formación. Poco más de veinticinco minutos de disco que te alegra el día con riffs de guitarras y sonidos potentes que tenemos ganas de ver en directo. Grabado de nuevo en Casa Mabe de El Rasillo y producido por David Garrido, el disco funciona como un reloj.

El comienzo es para ‘Quiero fumar’, letra explícita por cierto, que tiene un toque clásico del Rock & Roll y con un punto de Swing en las guitarra, junto con el contrapunto del órgano y con una sección rítmica que marca la canción, un gran punto de inicio. ‘Mutagenízate’ es un trallazo de Rock & Roll con esos vientos y ese ritmo fantástico, un tema logradísimo. Y qué decir de la gamberra ‘Soy un robot’, ese riff de guitarra que marca la canción, una letra fantástica que firmaría el propio Bender de Futurama. El Surf Rock retorna con la menos acelerada ‘Freak Show’ donde destaca el sonido del órgano y de la percusión. Y también convence ‘Mientes más que hablas’, pura esencia del Pop de los sesenta, ideal para un guateque de aquellos que vivieron nuestros padres y que vimos en las películas, y de nuevo a destacar la incorporación del saxofón.

La segunda parte del disco comienza con la versión del tema ‘Saturno es aburrido’ de Los Nikis, un punto más de oscuridad y un inicio de sonido inquietante y acelerado, con ese órgano y esos efectos, para una de nuestras canciones favoritas, y donde colabora José Luis Ouro aportando su voz radiofónica. El retorno a los sonidos sesenteros se produce con ‘Contigo’, un tema más pausado que gana con las escuchas. El Rock & Roll más clásico y el Surf Rock se dan la mano en la instrumental ‘La ola del diablo’ que va creciendo en intensidad. Y una de las sorpresas llega con ‘Junge Frau’, canción en alemán, que sigue destilando esencias del Rock & Roll con el diálogo entre la guitarra y el órgano. El cierre del disco es ‘Dos pistolas para un manco’, de nuevo un gran instrumental que, como ya nos ocurrió con su primer disco, cabría en alguna banda sonora de Quentin Tarantino con un sonido Western.

Disco que supera el notable con creces y que supone un salto importante para Mutagénicos. A destacar de nuevo también la maravillosa portada de Mikel Echandi el divertido vídeo de ‘Soy un robot’ a cargo del gran Alejandro Girona.

 

Kevin Morby, ‘City Music’

El título de cantautor del Folk-Country-Rock norteamericano está muy disputado. Tenemos gente muy consolidada como Ryan Adams, pero también en esa lista cabrían de Conor Oberst a Josh Ritter, aunque podríamos matizar. A esta lista, de la cual somos seguidores, se añadió hace tiempo Kevin Morby que procedía de la banda Woods. Con su tercer disco, Singing Saw (2016), se consolidó entre la crítica y ahora, un año después, ha mantenido los elogios con su cuarto trabajo, City Music, al que vamos a dedicar las siguientes líneas, y que ha sido definido como una mezcla entre Bob Dylan y Lou Reed, lo cual no deja de ser una presión. Lo cierto es que City Music cumple con las expectativas que despierta, si bien no podemos dejar de negar que también tiene un punto monótono que igual no le ayuda, especialmente por el tono que emplea Morby, que en ocasiones nos recuerda a Kurt Vile y al propio Oberst. Pero hay muy buenas canciones, es uno de esos discos que se van quedando en la retina. La producción corre a cargo del propio Morby y de Richard Swift, que ha trabajado con The Shins y Foxygen, entre otros, además de formar parte de The Arcs y haber girado con The Black Keys.

Precisamente ‘Come to me Now’ es uno de los temas más Vile de todo el disco, con ese sonido ambiental e hipnótico, con un Morby que entra un poco de forma ‘arrastrada’, ganando en un final intenso. ‘Crybaby’ mantiene el nivel alto del comienzo, crece con esas guitarras, con la voz de Morby que tiene su personalidad, y es una canción que evoluciona muy bien, con un punto melódico bien encontrado. Se sale de la norma con ‘1234’, homenaje guitarrero y Punk a los Ramones, un tema genial que no llega a los dos minutos, no podría ser de otra forma. En ‘Aboard my Train’ vuelve al registro anterior, imponiéndose su voz, tiene un toque Pop pero al final aparece la sombra de Dylan. ‘Dry Your Eyes’ es una canción preciosa y minimalista, con ese juego entre las guitarras que queda muy bien. La primera parte se cierra con el breve interludio narrado ‘Flannery’.

La segunda parte comienza con ‘City Music’, una de las joyas del disco, de nuevo repitiendo esquema al comenzar de forma lenta, con unas guitarras muy ambientales e incluso con un punto psicodélico, con una primera parte instrumental que supera los dos minutos, entrando luego Morby con una letra breve y creciendo el tema en intensidad y electricidad. ‘Tin Can’ es un tema más animado y dinámico, con la huella de Dylan presente, destacando su primera parte. Y una de las sorpresas del disco es llevar a su terreno ‘Caught in My Eyes’ de los Punk The Germs, haciendo una versión más acústica y contenida. De esta forma se enlaza con la minimalista ‘Nightime’, más cercana a la tradición Folk. ‘Pearly Gates’ es otro de los descubrimientos del disco, una canción más de ‘trovador’, destacando el órgano y de nuevo la particular forma de cantar de Morby, fraseando por momentos. El cierre es para ‘Downtown’s Lights’, que no se aleja del tono del disco y que complementa ese homenaje a las músicas de la ciudad.

Buen disco de Kevin Morby que, como decíamos, se inserta en ese grupo de cantautores destacados del Folk Rock norteamericano. Bellas canciones y melodías que te van ganando en un trabajo que no deja indiferente.

 

 

Freedonia, ‘Shenobi’

Había muchas ganas del tercer disco de una de las bandas de Soul más importantes de España, Freedonia. Ya reseñamos en su momento el fascinante segundo disco de la numerosa formación madrileña, Dignity and Freedom. Shenobi incide en las señas de identidad de Freedonia, unos músicos excepcionales que funcionan como un conjunto engrasado y la poderosa voz de Maika Sitté. En esta ocasión, Freedonia han ido un paso más allá. A través de una campaña de crowfunding, la banda logró implicar a más de setecientas personas en la financiación de este proyecto, un disco doble grabado de nuevo en analógico, lo que se transmite en el sonido impecable. Veinte canciones que tienen como hilo argumental la libertad de la mujer. Es un disco menos festivo que los dos anteriores, posiblemente el punto Funk de la banda queda en un segundo plano aunque también aparece. De entre los veinte temas del disco, la mayoría son medios tiempos crecientes de Soul clásico que te llegan muy dentro. Es un trabajo que entra a las primeras de cambio y que funciona como un conjunto.

El comienzo de la primera parte, titulada ‘The Dawn’, es para el instrumental ‘Origen’ que marcará en parte la pauta, muy de los setenta, con ese órgano Hammond, ese punto de la guitarra española y luego el final con la sección de viento entrando a todo trapo. ‘Re-Evolution’ es una canción fascinante, la intensidad del conjunto, la voz de Sitté, y ese final tan intenso con el saxofón…tremendo. ‘Still Here’ es otro interludio instrumental, muy breve, que da paso a otro tema que va manteniendo el nivel, ‘Hopes and Dreams’, épico e intenso, muy Soul, y un estribillo maravilloso. En ‘Nekope’ dan un giro, introducen ritmos africanos que combinan con sonidos más Funk, arrollando en la segunda parte de la canción. El cierre de la primera parte es para ‘Planète Imaginarie’, otro tema instrumental.

La segunda parte se titula ‘The Town’, con ‘Long Time to Take’ como medio tiempo que mantiene las señas de identidad del disco, destacando la sección de vientos y la guitarra. ‘Fight Your Fate!’ es un tema instrumental donde el protagonismo lo toma la armónica y el órgano Hammond, con un final en el que vuelve a destacar la sección de viento. ‘No One Can Be Left Behind’ es una de mis canciones favoritas de todo Shenobila épica y la intensidad llevada más allá y con una gran personalidad. En ‘La Memoria de los Olvidados’ vuelven a marcarse un tema instrumental mientras que ‘My World’ comienza de forma pausada, con la voz de Sitté de nuevo sobresaliente, y para el final vuelven a darle la primea línea a los vientos.

‘Shenobi’ es la tercera parte cuyo comienzo es el instrumental ‘Shenobi’ que es un tema muy de los setenta, una canción extensa y muy interesante. ‘Join Me’ es otro gran tema, sin bajarse de la intensidad del disco. ‘Soma’ es un breve instrumental y ‘I Lose My Head’ es otra de las grandes canciones del disco, esa percusión del comienzo en la lejanía, es más vital y menos épica que el resto. ‘Do People Mean Nothing?’ cierra la tercera parte, siendo de nuevo un instrumental pero en este caso al piano desnudo.

El final, ‘At the Gates’, culmina el disco con cuatro temas, dos de ellos de nuevo instrumentales, el de apertura y el de cierre. ‘Tannhüser’ retorna de nuevo al Soul de los setenta y la incorporación de la flauta es un gran acierto. ‘The Fear Is Gone’ repite el esquema, ese comienzo contenido que está muy bien para acelerar en una segunda parte. Y no se bajan del patrón en ‘Last Answer’, que también es otra de las grandes canciones de Shenobi, el órgano destacando, así como el registro vocal de Sitté. ‘The Rising’ pone el punto final a más de una hora de intenso y épico Soul.

Freedonia se han confirmado de nuevo con Shenobi, un trabajo poderoso y que es para enmarcar. La apuesta era importante, un disco doble, pero nunca te cansas y vas descubriendo matices en la calidad de unos músicos que tenemos muchas ganas de ver en directo por estas tierras.