Anderson .Paak, «Oxnard»

Fue hace tres años cuando descubrimos a Anderson .Paak con su segundo disco, el excelso Malibu (2016). Paak, nacido en California, se mostró como una de las figuras emergentes del Hip Hop norteamericano aunque su música iba más allá y contaba con numerosas influencias que iban del Soul al Jazz, pasando por los toques más modernos del R&B urbano. Además, y como es habitual en estos discos, la lista de colaboradores ya era grande en Malibu, ampliándose en su tercer disco, Oxnard, a nombres como Kendrick Lamar, Dr. Dre, Snoop Dogg o Q-Tip de A Tribe Called Quest, todos ellos ilustres del Hip Hop, junto con otros muchos. De esta forma, el batiburrillo de nombres entre colaboradores, productores y compositores del disco es exponencial, lo que también es una muestra de la diversidad y del eclecticismo de Anderson .Paak. Oxnard, por cierto, lleva el nombre de su ciudad californiana de nacimiento, otra referencia junto al Venice (2014) de su debut y el Malibu ya señalado. Sin embargo, Oxnard no llega a la altura de su predecesor, y no porque Paak no haya firmado buenas canciones, las hay, sino porque le sale un disco excesivamente largo y en algunos temas se recrea en exceso. Además, las expectativas eran altas, especialmente tras escuchar el fascinante «Tints», uno de los singles de adelanto, en el que comparte voces con todo un Kendrick Lamar.

En el comienzo del disco, con «The Chase», ya hace gala del eclecticismo del disco, en este caso la colaboración es con Kadhja Bonet, y es un tema muy setentero, con reminiscencias Funj, incluso incorpora el sonido de la flauta. En «Headlow», en este caso con la colaboración de Norelle, se acerca al R&B más urbano y moderno, en un tema que gana con las escuchas. Pero ninguna canción supera a la ya señalada «Tints», tremenda desde cualquier punto de vista que lo queramos ver, con un Lamar rapeando aunque la base del tema tira más al Soul. En «Who R U?» casi se acerca al Trap, aunque no deja de ser una canción más canónica del Hip Hop urbano. En «6 Summers» gira de nuevo hacia la diversidad de influencias, aunque la primera parte sigue la tónica del tema anterior, la segunda es más melódica, más del R&B, pero no es menos cierto que queda un tanto excesiva. «Saviers Road» es contundente y gana con las escuchas, aunque no le ocurre lo mismo a un «Smile/Petty» en el que tira por la experimentación y por probar cosas nuevas, pero no acaba de funcionar.

En la segunda parte comienza regresando al Hip Hop en «Mansa/Musa», rapeando Paak junto a Dr. Dree y Cocoa Sarai, aunque no acaba de ser un tema que destaque en el conjunto del disco. En «Brother’s Keeper», con Pusha T, sí que hay más sustancia, de nuevo juega con diferentes estilos pero la sombra de Prince está muy presente. «Anywhere» es otra de las canciones destacadas del disco, es donde Paak se siente más cómodo, sutil y elegante a partes iguales con una mayor presencia del Soul, colaborando en la canción Snoop Dogg, The Last Artful y Dodgr. En «Trippy» parece querer construir sonidos más ambientales y oníricos, aunque tampoco acaba de funcionar, en este caso la colaboración corre a cargo de J. Cole. Y el cierre del disco es para otro de los temas destacados, «Cheers» con Q-Tip de A Tribe Called Quest, donde destaca de nuevo la clase de Paak y atentos al sonido de la batería, además de samplers de otras canciones. Hay dos canciones extra que suman poco, «Sweet Chick» con BJ The Chicago Kid, eclecticismo de nuevo y con sonidos jazzísticos incluidos, algo que no es una novedad en su música, y «Left to Right», una canción más festiva.

Buen disco de Anderson .Paak pero que no supera su anterior entrega, Malibu, aunque le consolida en la segunda línea del Hip Hop, pero todavía lejos de figuras como Kendrick Lamar o Janelle Monáe, además de las más clásicas. Sin embargo, tiene Anderson .Paak un evidente atractivo en la forma de conjugar sus diferentes influencias y vertientes y, además, sabe sacarse de la manga canciones tan fantásticas como «Tints»:

 

Alice in Chains se ponen acústicos con «Jar of Flies»

Hace unos meses nos hacíamos eco de la nueva entrega de Alice in Chains, un notable Rainier Fog (2018) en el que los de Jerry Cantrell seguían con la segunda etapa de su carrera tras el fallecimiento de Layne Staley en 2002. Con William DuVall, Cantrell, Sean Kinney y Mike Inez llevan ya tres discos aunque su gran momento llegó como una de las cuatro formaciones clásicas del Grunge junto a Nirvana, Pearl Jam y Soundgarden, todas ellas salvo los segundos tocadas también por la tragedia. En el caso de Alice In Chains, su sonido siempre fue más duro y metalero incluso que el de sus coetáneos. De hecho, su debut de 1990, Facelift, había logrado vender dos millones de discos en Estados Unidos, pero sería Dirt (1992) el que los encumbraría ya dentro de la ola seattleliana. Sin embargo, en 1994 sorprenderían con un EP más acústico y melódico que vamos a recordar en su veinticinco aniversario, nos estamos refiriendo a Jar of Flies. En el mismo ya estaba en la banda el bajista Mike Inez que había sustituido un año antes a Mike Starr, y mostraron una línea de su sonido diferente que también se podría observar en el MTV Unplugged de 1996. Vale que todos recordamos el de Nirvana pero este de Alice in Chains es una auténtica joya que también recuperaremos en su momento, con interpretaciones muy sentidas de «Nutshell», «Rooster» o «Down in a Hole», aunque también mostraba el frágil estado de Staley. Pero volvamos a este amplio EP, siete canciones, que también forma parte de la banda sonora de nuestra juventud.

El comienzo del EP, el tercero de su carrera, era para una brutal «Rotten Aple» que se iba casi a los siete minutos, donde destacaba el bajo de Inez, en un tema más melódico y con una fuerza épica. «Nuthsell» es una barbaridad, para mí una de las cimas de su carrera, una canción tremendamente emocionante que va en ascenso y con una interpretación de Staley que luego superaría en el ya mencionado MTV Unplugged, todavía se me pone la piel de gallina cuando la escucho. En «I Stay Away» le meten una sección de cuerda para contrarrestar con la rabia que no se ve atemperada por el sonido más acústico, otra canción muy destacada que también tiene un punto más oscuro en su desarrollo. «No Excuses» fue la carta de presentación del EP, un tema también diferente con un sonido que casi podrían firmar los propios REM, esa batería del comienzo se escora hacia sonidos más Pop, y la canta Cantrell, siendo otro tema que tampoco ha perdido su vigencia tras un cuarto de siglo. «Whale & Wasp» es un instrumental a mayor gloria guitarrera de Cantrell, en el que también aparece la sección de cuerda como contrapunto. «Don’t Follow» es una preciosa canción muy acústica, con la guitarra y la armónica prácticamente como protagonistas instrumentales, en el que también canta Cantrell y que se acerca más a los sonidos de raíces con una parte final casi con coros gospelianos y con un punto Blues. El cierre es para «Swing on This», una canción más ecléctica en la que aparecen sus señas de identidad, pero llevadas al terreno del disco, pero también otras variaciones que por un momento pueden pasar del Blues al Jazz, pero manteniendo su esencia.

La carrera de Alice in Chains daría poco más juego en la etapa de Staley, muy afectado por sus adicciones. En 1995 publicaron Alice in Chains, con el que alcanzarían el número 1 en Estados Unidos, pero ya no volverían a publicar música nueva con Staley que, como hemos señalado, fallecería en 2002. La segunda etapa de la formación ha resultado honesta pero más discreta, pero siempre serán una de las bandas más importantes de la primera década de los noventa y exponentes del Grunge. Y con Jar of Flies también demostraron su capacidad en el terreno acústico.

 

Jeff Tweedy, «Warm»

Podríamos considerar Warm de Jeff Tweedy prácticamente como el debut en solitario del líder de Wilco. En 2014 publicó Surikae, como proyecto junto a su hijo Spencer a la batería. Mientras que Wilco seguía publicando discos y girando, llegó en 2017 un acústico con temas de Wilco y otros proyectos donde ha estado Tweedy, como por ejemplo Golden Smog y Loose Fur, que se tituló Together at Last. Y a finales de 2018 llegó este notable alto, prácticamente sobresaliente, Warm, prácticamente a la par que a una autobiografía que esperemos llegue pronto traducida por estos lares. La trayectoria de Tweedy es una de las más respetadas del mundo del Rock ‘N’ Roll y los lanzamientos de Wilco son esperados con ganas, por cierto que en junio estarán en el Azkena. En Warm encontramos un disco más intimista y acústico, en líneas generales, con una querencia hacia los sonidos más vinculados al Country de sus orígenes, tanto en Uncle Tupelo como con la primera etapa de Wilco. Obviamente, también hay reminiscencias a los propios Wilco. Acompañado de nuevo por su hijo Spencer a la batería en buena parte de los cortes, también aparece su otro hijo, Sammy, pero es Jeff Tweedy en el que se encarga de la casi todos los instrumentos.

Comienza el disco con la preciosa «Bombs Above», un medio tiempo acústico en el que Tweedy canta con la voz un tanto susurrante y ronca. En «Some Birds» se decanta por un estilo más del Country-Rock aunque ya da entrada a algunos sonidos más eléctricos. Tremenda es «Don’t Forget» que podría haber encajado en cualquier disco de Wilco, es puro Wilco, con esa mezcla de la acústica con la eléctrica de forma sutil. En cuanto a «How Hard It Is for a Desert to Die» (ahí es nada), es más minimalista pero esos sonidos eléctricos le quedan como un guante. «Let’s Go Rain» tiene un punto festivo y en parte Country, aunque luego se le pueden adivinar más matices al tema. En «From Far Away» se torna más atmosférico y el recuerdo nos lleva al Sky Blue Sky de Wilco, siendo también uno de los temas más destacados del disco.

La segunda parte comienza con la también sobresaliente «I Know What It’s Like», una canción animadísima que te conquista desde la primera escucha, pero que también tiene un toque melancólico. «Having Been Is No Way To Be» es más contundente, dentro de los parámetros del conjunto del disco, incluso se podría decir que es un poco más oscura. También se sale un poco del canon «The Red Brick», que comienza con las acústicas pero que luego se acerca a sonidos más ruidistas. En «Warm (When the Sun Has Died)» llega uno de los puntos más tranquilos y pausados, con la voz de Tweedy quedando en un segundo plano. Y en el cierre de «How Will I Find You?» se destaca ese segundo plano de su voz en una letanía que repite los mismos versos y que supone un final un tanto amargo, «How Will I Found You?, «I Don’t Know», «You’ll Be Know».

Gran disco de Jeff Tweedy, embargado por la melancolía y la tristeza en buena parte del mismo, recordemos que su mujer, Sue Miller, lleva años luchando contra una enfermedad. Tweedy demuestra su categoría como compositor e intérprete y estamos ya deseando que regrese con un nuevo disco de Wilco y de verles en directo en el Azkena de Vitoria-Gasteiz.