Bruce Springsteen, «Letter to You»

Ha regresado Bruce Springsteen en este 2020 con un disco nuevo, de forma sorprendente porque hace poco más de un año publicó el controvertido Western Stars. Y lo ha hecho de la mejor forma para sus seguidores y seguidoras como es hacerlo con la E Street Band para su vigésimo disco titulado Letter to You. Disco urgente, grabado con la banda en directo en estudio y con la producción de Ron Aniello, con el que lleva colaborando desde Wrecking Ball (2012), y del propio Springsteen. El disco está formado por doce canciones que están dentro de lo que es el sonido más canónico de Springsteen y la E Sreet Band, épico e intenso, poderoso, pero con la novedad de que tres de esas canciones («Janey Needs a Shooter», «If I Was the Priest» y «Song for Orphans») fueron escritas para Greetings for Asbury Park, N.J. (1973) y, de hecho, son las mejores del disco. Aquí está el Springsteen más emocionante y que refleja de mejor manera sus valores y capital simbólico, su capacidad de narrar historias. El resto son canciones que tienen fuerza, algunas más conseguidas que otras, y en la que Springsteen y compañía muestran su categoría y experiencia como banda, aunque no te calan tanto como las tres anteriores. Ojo, estamos ante un buen disco, el mejor de Springsteen en mucho tiempo, en un par de décadas en la que el hombre no ha parado, pero no estamos ante un clásico, y no pasa nada. Disfrutar, se disfruta porque ves como Springsteen, junto a Roy Bittan y Charles Giordiano a los teclados; Steven Van Zandt y Nils Lofgren a las guitarras; la sección rítmica de Max Weinberg y Garry Tallent; los coros de Patti Scialfa y Jack Clemmons cumpliendo de sobra el papel de su tío Clarence Clemmons, siguen teniendo ese gancho. Vamos con este Letter to You, un disco trufado de guitarras potentes, de pianos y órganos muy acertados, de una sección rítmica que sigue siendo brutal, con ese saxofón que aparece en el momento justo y con Bruce Springsteen cantando desde sus setenta y un años pero dando lo mejor de sí con unas canciones que escribió cuando tenía menos de veinticinco años. Y es que, la melancolía y la nostalgia, la introspección, es una de las «marcas de la casa».

Comienza de esa forma, con una pausada «One Minute You’re Here», acústico e introspectivo, minimalista, tratando de llevar a la emoción. Pero luego, con «Letter to You» acelera y se sustenta en una E Street Band potente y grandilocuente, Bittan y Giordano están inmensos, aunque hay un poso de melancolía. Insiste en la más primaria «Burnin’ Train» con ese tono de celebración típico y las guitarras de Van Zandt y Lofgren como punto diferencial. Pero es en una inmensa «Janey Needs a Shooter», una de las canciones recuperadas señaladas, cuando se salen, casi siete minutos épicos en un medio tiempo intenso del mejor Springsteen. Tremendo. «Last Man Standing» es «otro día en la oficina», un tema correcto con la épica de la banda y saxofón de Clemmons en primer plano. Sigue el patrón en «The Power of Prayer», correcta pero no destinada a dejar huella.

La segunda parte se inicia con la mejor canción de las nuevas composiciones, «House of the Thousand Guitars», un Springsteen que tira de emoción, juega con el tono de la voz y destacan esos coros celebrativos. Uno de los momentos más bajos es una «Rainmaker» que aparece un tanto sobreproducida y ampulosa. Pero llega el segundo tema de los setenta, brillante «If I Was a Prier», otros casi siete minutos de la mejor hornada de Springsteen, muy espiritual con esa intensidad de las voces y el teclado de Giordano de nuevo destacadísimo. «Ghosts» no aguanta el tirón, es una canción más guitarrera pero también da la sensación de poner un poco el piloto automático. Pero, no pasa nada, ahora es el turno para la tercera de los setenta, «Song for Orphans», más de seis minutos en los que Springsteen y la E Street Band se abonan a otro de sus clásicos, el tono crepuscular en el que Springsteen adopta el rol de cronista en un medio tiempo ascendente. Las guitarras mantienen el ritmo crepuscular en el correcto cierre que es «I’ll See You In My Dreams» que se centra en la épica y la intensidad de turno.

Yo igual es que no soy de pedir mucho ya a estas alturas a gente como Springsteen, lo cual no quiere decir que no crea que puede que sea capaz de ir más allá. Han hecho un disco notable en el momento en el que, seguramente, no se esperaba. Pero, es sintomático también que sus tres mejores canciones sean las de 1973. Eso sí, la potencia de la E Street Band, poca gente la puede aportar. Así que, a disfrutar mientras los debates continúan.

 

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