Los Rodríguez con Coque Malla y «Mucho mejor» al ritmo del Rock ‘N’ Roll

Cerramos la sección del verano 2018 en Los Restos del Concierto con una golosa colaboración de la década de los noventa en el Rock and Roll español. Estamos en 1995 y la banda hispanoargentina Los Rodríguez ha publicado en la primavera su tercer disco, Palabras más, palabras menos, tras el exitoso y colosal Sin documentos (1993). Andrés Calamaro, Ariel Rot, Julián Infante y Germán Vilella, junto a Daniel Zamora al bajo, han puesto el listón muy alto con un disco que será un clásico y del que se cumplen veinticinco años. Con Sin documentos acabaron de definir un sonido muy rockanrolero pero al que le incorporaban diferentes elementos latinos lo que les llegaría a ser definidos con la etiqueta de «Rock latino». Como decíamos, el siguiente disco, que sería el último, fue un Palabras más, palabras menos que no desmereció a su predecesor. Siguieron el camino iniciado y contaron con la colaboración de Joaquín Sabina, con el que estaban girando, en la letra «Todavía una canción de amor», de Raimundo Amador en la excelsa «Para no olvidar», Sergio Makaroff les puso las letras para «La puerta de al lado» y Coque Malla participaría en «Mucho mejor».

Vaya por delante, el disco contaba con canciones de gran nivel como ese comienzo de «Milonga del marinero y el capitán», «Para no olvidar», «Todavía una canción de amor», «Aquí no podemos hacerlo», «10 años después», «Algunos hombres buenos», etc. Las guitarras seguían sonando afiladas y los riffs no cesaban y las letras convencían. «Mucho mejor» estaba en la segunda mitad del disco y era una canción compuesta por Rot, la mayoría habían caído del lado de Calamaro. Coque Malla, por su parte, había publicado con Los Ronaldos en 1994 Idiota, aunque a la formación madrileña le quedaba un último disco en esta etapa, Quiero que estemos cerca (1996). «Mucho mejor» fue también single y es un Rock and Roll de sonido clásico, con sección de viento incluida. Calamaro, Rot y Malla se reparten una hedonista letra que contaba con un verso por el que sería recordada la canción, «Hace calor, hace calor», junto con ese adictivo inicio.

Sin duda alguna, una de las canciones más destacadas del último trabajo de unos Rodríguez que durarían poco más de un año y que se despedirían a finales de 1996 entre reproches entre Rot y Calamaro, que emprenderían en breve carrera en solitario. Hicieron Historia y fueron una de las bandas de nuestras vidas. Por cierto, que «Mucho mejor» apareció en su recopilatorio de 1996, Hasta luego, en una nueva versión sin la aportación de Coque Malla. Un dato curioso pero, «Mucho mejor» sigue siendo una de las canciones más recordadas de Los Rodríguez.

«Shiny Happy People», o cómo REM odiaban su canción más Pop

Regresa la fantástica Katie Pearson de The B-52’s a nuestra sección del verano 2018 sobre Colaboraciones, aunque lo hace con un menor protagonismo que con «Candy» de Iggy Pop.  En este caso, su presencia aparece en «Shiny Happy People», el segundo single del Out Of Time (1991) de REM, el segundo trabajo que hacían para Warner tras Green (1988), del que hablaremos en breve. REM se lanzan con un tema Pop delicioso y con un estribillo adictivo tras el sombrío «Losing my Religion», que les puso en el mapa. Pearson se encargaba de la segunda voz, junto a Mike Mills, reforzando a Michael Stipe. No sería la única aportación de Pearson en aquel disco y no hay que olvidar que The B-52’s eran de Athens (Georgia), al igual que REM. Como decíamos, Pearson colaboraría también en la emotiva «Near Wild Heaven» y en el cierre de «Me in Honey», una de esas canciones que se quedan escondidas en los discos y que con los años redescubres. Ojo, que el disco también tenía una interesante colaboración a cargo del rapero KRS-One en «Radio Song», el tema que daba comienzo al disco. El toque de Pearson le da un toque más alegre y festivo a una canción de letra buenrrollista que haría palidecer a Paulo Coelho, la verdad. Igual es que esa melodía tan saltarina y cantarina, con las cuerdas y demás, no admitía otra clase de letra, quién sabe.

El caso es que la historia tiene fondo ya que REM odiaban esta canción, reconocido en no pocas ocasiones por el propio Stipe. Al parecer, la discográfica les «presionó» para que sacasen un tema más Pop y accesible, y no es que Out of Time alcance las cotas sombrías del, para mí, su obra maestra, Automatic for the People (1992). No la tocaban en directo y, para más muestras, ni siquiera apareció en el recopilatorio In Time: The Best of REM 1988-2003 (2003), que recogía los hits del periodo de Warner hasta el momento, cosa que si haría el su disco recopilatorio de cierre con los temas de sus etapas de I.R.S. y Warner, Part Lies, Part Heart, Part Truth, Part Garbage 1982-2011 (2011). No creo que los de REM se hubiesen reconciliado con una canción que también fue un gran éxito y que, en mi opinión, no deja de ser un gran tema que se te cuela a la primera. Encargo forzado o lo que sea, el caso es que les quedó una canción intemporal y que siempre te despierta una sonrisa. Y, por cierto, que dio lugar a uno de los vídeos más coloristas de REM, por no decir el más, con un Michael Stipe con gorra incluida, Peter Buck no sabiendo dónde meterse y con cara de «qué hago yo aquí» a pesar de que al final se arranca, y Mills y Bill Berry un poco más entregados. Ah, y sin olvidar esa coreografía, impagable.

La rota amistad de Michael Jackson y Paul McCartney y su resultado: «The Girl Is Mine» y «Say Say Say»

Puede que sorprenda que en nuestra sección de colaboraciones haya espacio para la que protagonizaron dos iconos de la música popular como Michael Jackson y Paul McCartney a comienzos de los ochenta, pero también nos dejamos llevar por la nostalgia y los recuerdos de nuestra infancia. Vaya por delante que no considero a «The Girl Is Mine» ni a «Say Say Say» como entre lo mejor de uno y otro. Esta es una historia de una amistad, de unas canciones que llegaron muy lejos y del final de una relación que culminó cuando Jackson se hizo con los derechos de los temas de The Beatles, casi nada. Pero volvamos al momento de su idílica amistad y colaboración. Michael Jackson venía del salto que había dado con Off the Wall (1979), un disco ya producido por Quincy Jones y se estaba preparando para facturar Thriller (1982). En cuanto a Paul McCartney, el ex Beatle había finiquitado a los Wings con los que había funcionado a lo largo de los setenta y en 1980 estaba de nuevo en solitario con McCartney II. En 1982 publicaría Tug of War, disco que contaba con otra de las colaboraciones más conocidas de McCartnety, el «Ebony and Ivory» con nuestro admiradísimo Stevie Wonder, todo un hit al que el tiempo le ha sentado muy mal y que fue un número 1 mundial. Pero regresemos con Jackson y McCartney.

Parece que los dos artistas se profesaban una auténtica admiración por su trabajo y se decidieron a colaborar juntos a través de la composición y grabación de algunos temas para sus siguientes discos. Primero le tocó el turno a «Say Say Say», escrita por ambos, y que no vería la luz hasta el disco de McCartney de 1983 Pipes of Peace, donde también entraría otra colaboración con Jackson como «The Man». Por su parte, McCartney colaboraría, aunque no compuso, «The Girl Is Mine» que entraría en el imbatible Thriller. Ambos temas, como hemos comentado, fueron singles, de hecho ambos los primeros de sus respectivos discos y alcanzaron los puestos más elevados en las lista, especialmente «The Girl Is Mine».

«The Girl Is Mine», que insistimos fue el primer single de Thriller, es un medio tiempo dialogado entre Jackson y McCartney en el que ambos se disputan el amor de la misma chica. En estos tiempos chocaría mucho el uso del posesivo, algo tendría que decir la chica en cuestión cuyo papel en la letra parece ser ya no el de observadora sino el de la paciente espera, en fin, otros tiempos. La producción de Quincy Jones tiene ese tono Pop suave y no es de las canciones de Jackson que mejor ha envejecido. Además, si lo comparamos con lo que venía en Thriller, pues poco que decir ante la propia «Thriller», «Wanna Be Startin Somethin'», «Billie Jean», «Beat It» o «P.Y.T. (Pretty Young Thing)».

Más cariño le tengo a «Say Say Say», puede que también mediatizado por el recuerdo del vídeo de esos primeros ochenta en el que McCartney, Jackson y Linda McCartney eran los protagonistas. La canción fue producida por el gran George Martin, que le da diferentes toques para crear un tema adictivo desde el estribillo, aunque también aparecen elementos como la armónica, un cierto aroma disco y la presencia de una sección de vientos.

Pero la amistad entre ellos no duraría mucho más ya que, en 1984, tras una compleja historia que cuenta en este artículo Julián Ruiz, Jackson se hizo con los derechos de las canciones de The Beatles. Aquello dejó muy tocado a McCartney, obviamente, que se sintió traicionado por un Jackson que mostraría en su vida muchos episodios complejos. Esa amistad dejó las dos canciones que hemos comentado, que son muy fruto de la época también, y que nos remiten a la nostalgia. Jackson no dejaría de incorporar colaboraciones de lujo en sus discos, aunque siempre en un lugar secundario, y McCartney comenzaría en los siguientes años una fructífera colaboración con Elvis Costello. El resto, es historia.