La catarsis del «Rumours» de Fleetwood Mac

Habíamos dejado a los Fleetwood Mac convertidos en la sensación del Pop Rock / Soft Rock con su Fleetwood Mac de 1975. Lindsey Buckingham y Stevie Nicks habían dado un impulso a una banda talentosa que no parecía dar el salto necesario. Mick Fleetwood y John McVie, fundadores y supervivientes de la formación original, junto a Christine McVie, junto con Buckingham y Nicks conformaban un quinteto imbatible. Tres compositores en estado de gracia, tres voces, y unas personalidades definidas que casaban perfectamente y que se complementaban. Pero, lo mejor estaba por llegar, lo mejor musicalmente porque la vida de Fleetwood Mac era un lío tremendo, como es bien sabido. De esa catarsis, o de parte de la misma, surge el disco clásico de Fleetwood Mac: Rumours. Por partes, Buckingham y Nicks estaban dejando de ser pareja, John y Christine McVie lo habían hecho un año antes, y se decía que Fleetwood tenía un lío con Nicks…En definitiva, un escenario que no ofrecía un buen destino…pero los reproches y la tensión se convertirían en canciones. Además, los Fleetwood Mac venían del éxito y eso les deparó más medios, y más descontrol. Cambiaron de productor, Ken Caillat y Richard Dashut sustituyeron a Keith Olsen, alcanzando un sonido canónico del Soft Rock que, realmente, sería la continuación de la senda iniciada por su antecesor. También destaca la portada del disco, esa composición con un Mick Fleetwood estilizado y sobrio, nada que ver con las fotos interiores, y una Nicks sensual como la «Rhiannon» de su canción. Hay algo en esa portada que provoca una cierta inquietud, tiene un punto extraño, pero no le busquemos significado. El caso es que el quinteto se sobrepuso a la situación y creó uno de los grandes discos de la Historia de la música popular. Si con Fleetwood Mac habían logrado el sobresaliente, con Rumours ya fue la excelencia. Lo repasamos.

Comienzan con una canción de Buckingham, «Second Hand News» que es un tema de Pop Rock que cuenta con un sonido de raíces Country, pero que adelanta lo que vendrá luego. Y eso es «Dreams», una canción de Nicks que es otro de los clásicos de la banda, un medio tiempo de Soft Rock donde la voz de Nicks y el tono que le dota a sus composiciones se impone. «Never Going Back» es otra canción de Buckingham, en esta ocasión más acústica e incluso con un tono Folk. Y llega Christine McVie con «Don’t Stop», clásico y tema sobre su separación con John, canción imprescindible del repertorio de los Fleetwood Mac. Pero aquí no acaba la cosa, Buckingham lanza «Go Your Own Way» inspirado en la ruptura con Nicks, otra canción Rock impactante y adictiva. La primera cara se cierra con una «Songbird» de McVie en la que es una balada doliente con ella al piano, apoyada por la guitarra acústica de Buckingham.

El comienzo de la segunda parte es para «The Chain», una canción con la que empiezan sus conciertos y que es una maravilla Rock con un punto Country. Acreditada a los cinco integrantes, la cantan Nicks, McVie y Buckingham, y es un tema sobre lo que une a la banda. «You Make Loving Fun» es otra barbaridad de canción, McVie vuelve a mostrar sus credenciales y aquí el bajo de John brilla, a la par que la cadencia de la voz de Christine. «I Don’t Want to Know» cae del lado de Nicks, que la canta con Buckingham sobre una relación de amor, aunque fue compuesta antes de entrar ambos en Fleetwood Mac. El tema cuenta con un tono festivo y distintas influencias, que van del Pop al Country. El final es para dos joyas como «Oh Daddy» de McVie, cantando ella de forma intensa y dedicada a Mick Fleetwood que era, en aquellos momentos, el único integrante de la banda que era padre. Y el cierre es para la atmosférica «Gold Dust Woman» de Nicks, de nuevo logrando destacar con una canción donde tira de su forma sugerente de cantar.

Rumours es uno de los grandes discos de la historia de la música popular que no te deja respiro con casi todas las canciones en el Sobresaliente e incluso algunas, no pocas, en la Matrícula de Honor. Canciones que forman parte del imaginario colectivo y que marcaron un canon difícil de superar. Vale, ya, somos generaciones que pasamos de ellas durante mucho tiempo. Un error tremendo. El impacto comercial fue brutal, se estima que se han vendido más de cuarenta y cinco millones de discos desde su publicación. Nos queda, para las próximas semanas, el siguiente paso, el ambicioso y también obra maestra Tusk (1979).

 

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