Pearl Charles, «Magic Mirror»

Como venimos señalando en los últimos años, no son pocas las bandas y artistas que han puesto su mirada en el Pop Rock y demás de los setenta. Aquí también tendríamos que incluir todo lo relacionado con la música Disco, el Funk, el Soul, etc. Nos hemos quitado muchos complejos en ese sentido, afortunadamente. Pearl Charles es una cantautora californiana que, con su tercer disco, el Magic Mirror que nos ocupa, ha conseguido un buen reconocimiento de la crítica. Pearl Charles no ha inventado nada pero sabe tocar las teclas para generar un sonido Pop muy de los sesenta y, especialmente, de los setenta. Sin caer en la nostalgia, nos encontramos con un disco muy apetecible de melodías luminosas que en ocasiones nos llevan incluso a la música Disco, así como con otros puntos de nostalgia y melancolía en los que asoman las influencias Country a través de pequeños y sutiles toques. Magic Mirror se puede encuadrar en sonidos como los de Jenny Lewis y compañía, canciones muy angelinas también en el sentido del Laurel Canyon. Y, de nuevo, aparece la sombra de los Fleetwood Mac de la segunda mitad de los años setenta, aquellos a los que tanto espacio dedicamos a través de una serie de artículos el año pasado. Sin olvidar también la influencia de la gran Carole King en algunas de sus canciones más emotivas. Repasamos este Magic Mirror de Pearl Charles que es un disco que te conquista desde las primeras escuchas.

El comienzo es para la arrebatadora y bailable «Only for Tonight» que es una canción muy ABBA, muy luminosa y atractiva. En «What I Need» ya hay un cambio, su voz sigue brillando pero el matiz es muy nostálgico, se observan tonos crepusculares a través de las guitarras que adoptan un tono Country Rock, incluso aquí podría encajar ese adjetivo «cósmico» que se atribuye a artistas como Gram Parsons. La tercera canción, «Imposter», es muy californiana, incide en la melancolía e incorpora vientos, una de las canciones que más nos han gustado de todo el disco. Lo mismo que la preciosa e intimista «Don’t Feel Like Myself» en la que insiste en las tonalidades crepusculares. La primera mitad termina con una canción Pop como es «Magic Mirror».

«Slipping Away» retorna al tono crepuscular y aquí la sombra de los Fleetwood Mac clásicos de la segunda mitad de los setenta es una evidencia. Gran canción que da paso al Pop melancólico de «All the Way». «Take Your Time» es una de las mejores canciones del disco, con un tono de Country crepuscular de fondo que marca el tempo del tema. «Sweet Sunshine Wine» no puede quitarse la melancolía pero aquí la lleva hacia el lado Pop. El final es para «As Long As You’re Mine» que es la canción menos lograda del disco, un tema más pausado que te deja un tanto frío.

Magic Mirror es una de esas sorpresas que te dan cada temporada, en este caso incidiendo en un sonido tan fascinante como el que hemos descrito. Artista a seguir Pearl Charles.

Stevie Nicks, «Live in Concert. The 24 Karat Gold Tour»

Como el año pasado me dio muy fuerte por Fleetwood Mac, aquí cayeron cuatro artículos sobre la etapa mítica de la banda, la formada por el quinteto más exitoso (Stevie Nicks, Lindsey Buckingham, Christine McVie, John McVie y Mick Fleetwood), y creo que no hemos terminado, cuando se anunció un disco en directo de Stevie Nicks me lancé de lleno a por el mismo. Este directo fue grabado en la gira del último disco de estudio de Nicks, 24 Karat Gold: Songs from the Vault (2014) en el que se recogían la actualización de canciones que Nicks había grabado desde el inicio de su carrera como demos y descartes. El disco proviene de la película 24 Karat Gold The Concert que fue estrenada en octubre del pasado 2020, reflejando la experiencia en directo de aquel tour. El disco es una barbaridad, allí se recogen no solamente los hits de Nicks, procedentes fundamentalmente de sus dos primeros discos en solitario, Bella Donna (1981), en el que participaron Petty y The Heartbreakers, y The Wild Heart (1983); algunas de sus mejores canciones con Fleetwood Mac; y otras cuantas menos conocidas que también encajan a la perfección. La banda es inmensa. Con el guitarrista Waddy Watchel a la cabeza como director de la banda, habitual de Nicks en toda su carrera y de otros artistas como Keith Richards o Linda Ronstadt; Carlos Rios a la guitarra también y Al Ortiz al bajo; Drew Hester en la batería; Ricky Peterson y Darrell Smith como teclistas; y Sharon Celani y Marilyn Martin a los coros, se conforma una formación que vuela a gran altura y que despliega un sonido envolvente y poderoso al servicio de una carismática Nicks.

Comienza con una inmensa «Gold and Braid» de las sesiones de su debut en solitario, el citado Bella Donna, aunque no fue incluida en el mismo sino en reediciones posteriores, y que muestra la potencia de la banda. «If Anyone Falls» ya entra en su sonido más clásico con la forma de cantar de Nicks , con su tono y fraseos. «Stop Draggin’ My Heart Around», de Petty y Campbell, es Rock americano con toques Blues, una canción de las más conocidas de este primer CD. En «Belle Fleur» inciden en el sonido más rockero de comienzos de los ochenta y llega «Gypsy», una de las concesiones a su carrera en Fleetwood Mac, que la interpretan de forma canónica e hipnótica. Enlaza «Wild Heart/Bella Donna», quedándole una buena mezcla que emociona al público. Del disco de la gira, muy bueno el Rock de «Enchanted» y de 2011 «New Orleans», un medio tiempo más pausado, intenso. «Starshine», canción de 1980 que rescató en el disco de la gira aquí presentado, es una canción Rock donde destaca el Hammond. Y cierra el primer CD con «Moonlight (Vampiro’s Dream)», otra canción del disco de 2011 con un sonido minimalista, es el piano y poca instrumentación más.

Para el segundo CD, se han guardado toda la munición más potente. Tremendo el comienzo con «Stand Back» de su segundo disco, un hit que incorpora sintetizadores ochenteros y en el que Watchel brilla a la guitarra, como durante todo el concierto. Luego el turno es para «Crying in the Night» del disco que publicó junto a Buckingham en 1973, antes de entrar en Fleetwood Mac, gran canción que adelanta lo que vendría después. «If You Were My Love», también de las sesiones del Bella Donna, comienza pausada y acústica, creciendo en intensidad a través de un tono crepuscular que incide en la emoción. «Gold Dust Woman», una de sus aportaciones Fleetwood Mac, la lleva a más de once minutos con un sonido que va creciendo en intensidad. Y «Edge of Seventeen» también se va a casi diez minutos con la introducción a través de la guitarra de Watchel llevada a casi los dos minutos, impresionante versión en directo de su canción en solitario más clásico. Solo podía seguir con «Rhiannon», que en esta interpretación está acelerada y le funciona a la perfección. El final del disco es para otra canción que hizo con Fleetwood Mac, el piano y la acústica son sus acompañantes en una emotiva «Landslide».

Grandes Stevie Nicks y su banda en un disco que captura su esencia. Sería interesante ver también el documental/concierto al que da soporte. Enormes canciones la de una Stevie Nicks que es una parte de la historia de la música popular.

«Tusk» o el más difícil todavía de Fleetwood Mac

Llega el final de nuestra serie dedicada a Fleetwood Mac, primero con su recopilatorio de 1988, y luego con la trilogía de discos clásicos: Fleetwood Mac (1975), Rumours (1977) y Tusk (1979). Con el quinteto en lo más alto, en la cima de todo, el siguiente paso era el complicado. Tusk es el menos conocido de los tres discos, aunque vendió millones de discos pero lejos de su antecesor. Es un disco doble en el que el protagonismo es para un Lindsey Buckingham que firma nueve canciones del disco, seguido por Christine McVie con seis y Stevie Nicks aporta cinco. Hay un cambio incluso en las fotografías de la banda en la que nota la evolución. Si en el primer disco del quinteto en 1975 se observa una situación de igualdad, en Rumours Nicks ocupa el centro, en Tusk es Buckingham el que se sitúa en esa posición, con una postura dominante. Es Buckingham el que marca el ritmo del disco, con sus sonidos más clásicos pero también con toques Punk y otros tonos más eclécticos. Imagino la cara de la discográfica de Fleetwood Mac cuando vieron era un disco doble y que los costes de producción debieron irse de lo previsto. Pero, entonces, Fleetwood Mac eran una de las bandas más grandes del planeta, también con sus excesos. Superando la tormenta sentimental, llega un tremendo disco, veinte canciones que dan forma a un Tusk que vuelve a mostrar la enorme calidad de esta banda.

McVie se sale con una impresionante «Over & Over», medio tiempo precioso e intenso. Buckingham da la réplica con una Country y acelerada «The Ledge». En «Think About Me», McVie apuesta por un sonido más Rock, se sale un poco de los caminos más transitados de la compositora e intérprete, y le queda un tema tremendo. «Save Me a Place» (Buckingham) se va hacia el Folk, muy acústico e intimista, incluso por momentos parece recordar un poco a Neil Young. Nicks hace su aparición con otra canción «marca de la casa», «Sara», en la que tira de sus recursos, esa voz medio rota, ese sonido misterioso, ese tono tan característico, otro clásico. «What Makes You Think You’re The One» es un Buckingham más Rock, la batería de Fleetwood es poderosa y el sonido es abrasador. Nicks se va hacia la pausa con «Storms», minimalista e intimista. Y en «That’s All For Everyone» Buckingham demuestra que no se va a acomodar, siendo una canción más compleja pero también atmosférica, destacando el juego de las melodías. «Not That Funny» se lanza a influencias incluso Punk en la guitarra, pero siempre dentro del sonido Fleetwood Mac, demostrando que Buckingham tenía la mirada en lo que se movía. «Sisters of the Moon» de Nicks es una canción muy de la época, es Rock con un bajo Funk e incluso creando una atmósfera que se transforma en garra.

Nicks también firma «Angel», una canción que incidiría en la misma línea que la anterior pero con un toque más Pop, siendo un tema muy logrado. «That’s Enough for Me» de Buckingham retorna al Country, aunque con más fuerza y acelerando como en otras canciones. «Brown Eyes» de McVie sí que incide en los medios tiempos de su cosecha y «Never Make Me Cry» es una canción suya también, todavía más lenta y que seguramente haya envejecido peor. «I Know I’m not Wrong» (Buckingham) es un Country Rock que sigue la tónica de fuerza de estas canciones en el disco. «Honey Hi» (McVie) es otro medio tiempo, en esta ocasión con percusiones y con las voces de nuevo destacadas. Nicks regresa con «Beautiful Child», balada intensa y emocionante, curiosamente muy imbuida por el tono de McVie, con la participación del resto de voces. Convencional resulta el Soft Rock de Buckingham en «Walk a Thin Line», aunque demuestra galones con una «Tusk» imprescindible, con esas percusiones y vientos. El cierre es para McVie con «Never Forget», canción de su tono pero más alegre, un Soft Rock que deriva hacia el Pop y con unas melodías muy bien construidas.

Como hemos comentado, Tusk fue un disco doble que fue exitoso pero que no llegó, ni mucho menos, a los niveles de los dos discos anteriores, aunque su calidad está a la altura. Tras este trabajo, tocó el turno a un Live en 1980. Esa década contará con Mirage (1982), el disco menos logrado de aquel periodo aunque con grandes canciones, y tras cinco años de descanso, Tango in the Night (1987) supondría otra cima de su carrera aunque ya en otra dirección, sin dejar de perder las esencias. En definitiva, Fleetwood Mac hicieron una trilogía impactante de 1975 a 1979, tres discos imprescindibles que definieron lo mejor de su repertorio.