Weezer, «OK Human»

Weezer, madre mía. Weezer es una banda que tiene su «aquel». Vamos a detenernos estos meses en los norteamericanos, un grupo que suele levantar una cierta controversia entre la crítica, pero que ha contado con no pocos éxitos. Sin duda alguna, aquella irrupción en 1994, recordemos el Grunge y lo «alternativo», hizo que entrasen en el «cajón de sastre» con sonidos más Power Pop y esa imagen tan cotidiana. De hecho, su debut, Weezer (Blue Album), fue producido por Ric Ocasek (The Cars). Pero, los de Rivers Cuomo nunca se encasillaron y fueron haciendo discos y más discos hasta el décimo cuarto que nos ocupa, este Ok Human que nos ha sorprendido para bien. Weezer tuvieron también un hit con «Island in the Sun» de Weezer (Green Album) en 2001. En los últimos años, han intensificado su producción. En 2019 llegó un disco de versiones de canciones muy ochenteras con Weezer (Teal Album) Weezer (Black Album). En 2021 se han vuelto a venir arriba con dos discos. Primero, Ok Human, imposible no recordar Ok Computer de Radiohead, el clásico de 1997, y luego con Van Weezer que saldrá estas semanas. Este segundo disco, como su nombre indica, está inspirado en el Hard Rock y el Heavy Metal, con una portada que podría salir en cualquier revista del género de los ochenta. Pero vamos con Ok Human que tiene un registro totalmente diferente. Y es que Weezer se lanzan hacia un Pop orquestal y setentero, incluso con influencias de esos tonos más barrocos, en el que reconocen la influencia del Pet Sounds (1966) de The Beach Boys y de Nilsson Signs Newman (1970) de Harry Nillson. Es un disco corto, poco más de treinta minutos, con una muy buena primera parte, un valle en la parte central, y un final que crece. Cuomo se ha transmutado en Brian Wilson, incluso también hay toques de Elton John, y este es el resultado.

Se inicia con la maravillosa «All My Favorite Songs» que es una gran canción Pop, en la línea incluso de lo que podríamos esperar de la banda, con una letra fascinante. En «Aloo Gobi» siguen en esa línea, destacando de nuevo, y con una mezcla de Power Pop y Pop orquestal que funciona. Y la juntan con «Grapes of Wrath» en la que mantiene las cuerdas para ir hacia ese Pop orquestal y con Cuomo tirando de falsete. La cuarta canción también se une a las cuerdas, «Numbers» comienza más pausada y luego va creciendo. Pero en «Playing My Piano» se van a un tono Glam de los setenta que les queda un poco más irregular. En «Mirror Image» levantan el tempo, es más grandilocuente, y sigue teniendo ese tono muy setentero y épico.

La segunda parte se inicia con la más Pop «Screens» que gana con las escuchas, incluso se va más hacia el Power Pop. «Bird With a Broken Wing» es más melódica con el Pop orquestal de nuevo como protagonista, aunque también le pasa como a la anterior, que gana con las escuchas. «Dead Roses» incide en el punto orquestal y dramático pero les queda más forzada mientras que en «Everything Happens for a Reason» se lanzan a un tono más alegre y optimista, es incluso festiva con ese piano machacón de protagonista. Para «Here Comes the Rain» se va de nuevo hacia el Pop orquestal y melódico, con esas cuerdas como protagonistas, incluso con un punto muy Beach Boys. La culminación es para «La Brea Tar Pits» en el Cuomo adopta un tono más intenso, hay vientos que protagonizan la canción, y se da como una mezcla de Beatles y Beach Boys que le queda fantástica.

Estamos deseando escuchar la faceta Heavy del siguiente disco mientras que seguimos disfrutando de este Ok Human que convence. Igual Weezer es una banda a la que le cuesta hacer un grandísimo disco, pero siempre han sido interesantes.

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Belle and Sebastian, «What to Look for in Summer»

Por primera vez en los casi diez años de vida de Los Restos del Concierto, asoma por aquí una banda a la que el calificativo de «indie» le viene como un traje a medida. Los escoceses Belle and Sebastian han publicado un doble disco en directo, What to Look for in Summer en que recogen veintitrés canciones de su amplia trayectoria de más de veinticinco años. Grabado en diferentes ciudades de su gira de 2019, además de en el crucero por el Mediterráneo en el que actuaron ese mismo verano, «The Boaty Weekender», el disco es una buena muestra de la trayectoria de los de Glasgow que lidera Stuart Murdoch. Belle and Sebastian siempre han aparecido con esa etiqueta que hemos señalado, pero también con esa influencia de un tono más artístico e intelectual que les emparenta con The Smiths, también en su sonido. Hay que destacar no solo sus melodías de ese Pop un tanto orquestal y ensimismado sino también el concepto en su conjunto, escenificado en esas portadas tan artísticas que eran marca de la casa en la segunda mitad de los noventa y la primera década del siglo XXI. El disco que nos ocupa es muy disfrutable, especialmente el segundo CD, y está muy diversificado en su amplia trayectoria de diez discos de estudio y numerosos EPs. El periodo más representado es la primera década y media de la banda con la mayor parte de los temas, a partir de 2010, incluido este año, presentan cinco canciones y la versión del comienzo. Tigermilk (1996), su reconocido disco de debut, suma cinco canciones, y Dear Catastrophe Waitress (2003), cuatro. Con tres canciones, hacen acto de presencia Fold Your Hands Child, You Walk Like a Peasant (2000) y Write About Love (2010). Alabados por la crítica desde sus comienzos, vamos con este doble en directo de Belle and Sebastian, septeto que mantiene su formación prácticamente intacta, exceptuando las salidas de los fundadores Stuart David en 2000 e Isobel Campbell en 2002, y que en este directo se salen.

Comienzan versionando en poco más de treinta segundos el Folk de «The Song of Clyde» para pasar a «Dirty Dream Number Two», canción Pop con el Hammond y la trompeta destacando. Luego llega el turno de «Step Into My Office, Baby», una canción que remite a The Beatles con un tono orquestal y juego de voces. Pop más barroco en «We Were Beautiful», una canción muy destacada y de las publicadas en el último tramo de su carrera, en 2017. Más indie Pop es «Seeeing Other People» en la que juegan con un tono más ambiental y atmosférico y que es la primera de su disco de debut en el directo. Luego llega «If She Wants Me» que va creciendo con las dos voces de Murdoch y Sarah Martin. Más experimental es «Beyond the Sunsirse», aunque no se baja del Pop, y crecen las guitarras en «Wrapped Up in Books», una de las más destacadas del primer CD. Pausada y crepuscular resulta «Little Lue, Ugly Jack, Prophet John», grabada en Pamplona, en la que destaca también la voz de Martin. «Nice Day for a Sulk» es un Pop barroco más convencional y «I Can See Your Future» la levanta con ese sonido más vital pero sin dejar de lado un cierto tono «lo fi». El cierre del primer disco es para «Funny Little Frog», única canción de su disco de 2006 The Life Pursuit, fantástica y muy animada, con un tono muy británico.

El comienzo del segundo CD se deja para tres canciones de Tigermilk y es brutal. Primer la preciosa y emocionante, minimalista y orquestal, «The Fox in the Snow». Luego, «If You’re Feeling Sinester» que es una barbaridad, una cadencia muy melancólica con un tono un tanto ingenuo y que se basa en un ritmo que va acelerando. Y, a continuación, «My Wandering Days Are Over», una canción Pop que nos remite a The Smiths y que cuenta con la trompeta como contrapunto. Pero «The Wrong Girl» no se queda atrás, canción de 2000 que muestra la evolución de la banda hacia tonos más complejos sin salirse de la senda marcada. «Stay Loose» baja un peldaño pero también es una gran canción con un toque de Pop psicodélico. Y llega «The Boy Done Wrong Again», de nuevo de 1996, nostálgica y melancólica, con un punto más Folk y esas cuerdas atmosféricas. «Poor Boy» se va a 2018 y es un temazo, Pop bailable que ya nos llamó la atención en su momento. Retornan a los noventa con otra canción sobresaliente, la fronteriza en el sentido norteamericano y épica, esa trompeta que podrían firmar Calexico, que resulta ser «Dog on Wheels». Van cerrando con uno de sus clásicos, «The Boy with an Arab Strap», se va más allá de los siete minutos para un «indie» Pop de manual celebradísimo por el público. Luego llega la combinación de las voces de Murdoch y Martin para el Pop naif que es «I Didn’t See it Coming». Y cierran con la homónima «Belle and Sebastian» de 2005, otro tema de Pop orquestal.

Un doble en directo de Belle and Sebastian que funciona como un recopilatorio aunque seguramente que se han dejado muchas canciones por el camino. Una banda que, para mí, siempre tendrá un tono sepia de la portada de algunos de sus discos. Una formación que tampoco encajaba en el BritPop dominante de la época y que siempre han tenido como un sello muy distintivo.

 

 

 

 

 

Burt Bacharach o el Pop elegante de unas canciones que siempre han estado ahí

Pocas figuras de la música popular atesoran una carrera tan inmensa como la del compositor Burt Bacharach. Seguramente, todo el mundo conocerá algunos de sus numerosos éxitos porque son canciones que han sonado por activa y por pasiva, así como formado parte de bandas sonoras de películas de cine. Son canciones atemporales y que forman parte del imaginario colectivo. De «I Say a Little Prayer» a «The Look of Love», por citar dos de las más conocidas, aunque luego iremos desgranando muchas más, las canciones de Bacharach se inscriben en ese sonido de Pop orquestal, con una fuerte querencia por las cuerdas y los vientos, que tanto ha influido a músicos posteriores. Situado en la categoría que en el mundo anglosajón se denomina «Easy Listening», también habrá detractores que lo ubiquen en la de «música para ascensores». Pero, ojo, no nos equivoquemos porque lo que parece sencillo casi siempre se torna más complicado. De esta forma, el método Bacharach tenía unos patrones muy claros, esas melodías y texturas tan definidas, así como esa complicidad con el que fue su teclista de cabecera, Hal David. Bacharach pertenece también a esas excepciones de escritores de canciones que han saltado a la fama por encima en ocasiones de los intérpretes. Además, muchas grandes estrellas cantaron también sus temas. Bacharach, noventa y dos años en la actualidad, lleva en activo desde la década de los cincuenta y es cierto que su época dorada es la década de los sesenta, cuando el Brill Bulding y el Tin Pan Alley dominaban el mundo de la canción popular. Si de los primeros procedían colosos como el propio Bacharach, donde coincidía con Hal David, Neil Diamond, Carole King, Gerry Goffin, Ellie Greenwich, Jerry Leiber, Mike Stoller o Doc Pomus, entre otros, el segundo hundía su tradición en décadas anteriores con autores tan clásicos como Irving Berlin, George Gershwin y Cole Porter. Cuando Dylan, Lennon, McCartney y compañía dinamitan este modelo, componiendo e interpretando sus temas, quedará un modo de hacer que luego adoptarían los grandes compositores y productores de las décadas posteriores que imprimirían su sello a los diferentes sonidos y modas de las épocas. De Motown a la factoría sueca de Max Martin y compañía. Burt Bacharach es una figura de su tiempo. Siempre con su traje, detrás del piano, elegante y con una clase en sus composiciones superlativa, su sello es tan característico que esta recopilación que presentamos en su veinte aniversario cubre cincuenta de sus grandes éxitos, muchas de ellas enormemente conocidas. The Look of Love. The Burt Bacharach Collection es tremenda. Bacharach tendrá su patrón de composición ya señalado y no se ceñirá a las modas. Melodías Pop, toques jazzísticos, vientos y cuerdas en la mayoría de los casos, así como preeminencia de solistas femeninas entre las que destacará la gran Dionne Warwick, con la que Bacharach y David trabajarían específicamente de finales de los cincuenta.

La recopilación doble que nos compete es una maravilla. Como decíamos, cincuenta canciones que nos muestran un estilo y un sonido como de otro tiempo, esa elegancia y esa sutileza. Dominan los temas de los sesenta y muchos de ellos son clásicos imperecederos pero también hay descubrimientos e incluso recordatorios de canciones que no identificábamos como de Bacharach. Por allí pasan Carpenters con la maravilla que es «(They Long to Be) Close to You», melancólica y nostálgica con el sonido ascendente. «Do You Know the Way to San Jose?» es la primera de Warwick, con esos vientos. «Magic Moments» nos lleva a finales de los cincuenta con Perry Como con un tono burlón y divertido. Y, de ese periodo, «The Story of My Life» de Marty Robbins, una canción muy conocida. Y, clásico clásico «Raindrops Keep Fallin’ on My Head» de B.J. Thomas, canónica del estilo Bacharach – David y todo un hit, con esos vientos y esas cuerdas y que siempre recordaremos de Dos hombres y un destino (1969). De «I Say a Little Prayer» en versión Aretha Franklin, no vamos a decir nada más que no hayamos dicho ya, recordando que hizo su versión un año después de que la original fuese lanzada a cargo de Warwick. «Baby It’s You» es un incipiente Soul de 1961 a cargo de The Shirelles. «What’s the New Pussycat», divertida y burlona, popularizada por Tom Jones, mientras que Gene McDaniels interpretba la expansiva «Tower of Strength». Tommy Hunt hace la creciente «I Just Don’t Know What to Do With Myself» que sería un clásico con Dusty Springfield y que, muchos más años después, también harían The White Stripes. Dionne Warwick clava con una gran luminosidad Pop «I’ll Never Fall in Love Again». Del resto del primer CD, destaca también la ambiental y crepuscular «Let the Music Play» de The Drifters. The Stylistics, ya en 1973, harían la sofisticada y elegante «You’ll Never Get to Heaven (If You Break My Heart)». Gene Pitney interpretaría la muy conocida también «Only Love Can Break a Heart», otra canción intensa y con esas cuerdas tan características. En «Any Day Now (My Wild Beautiful Bird» de Chuck Jackson apuesta por tonos de Soul y R&B pero sin perder el sonido Pop.

El segundo disco comienza con otra cima, «The Look of Love» a cargo de Dusty Springfield, una canción icónica de nuevo con ese toque sensual, elegante y con toques jazzísticos. Warwick regresa con «Walk on By» en el que el Soul suave se mezcla con el Pop a través de esas cuerdas ascendentes. Y «(There’s ) Always Something There to Remind Me» de Sandie Shaw destaca por ese sonido de los vientos tan característico. «What the World Needs Now Is Love» de Jackie DeShannon es otra de esas canciones de Bacharach, de nuevo con David, que no necesita presentación. «Reach Out of Me» es una canción que, en la voz de Nancy Wilson, tiene una calidez Soul y Gene Pitney con «Twenty Four Hours From Tulsa» apunta hacia el Country y el Western, otra canción también muy conocida. Increíble es «Make It Easy to Yourself» de Jackie Trent, una elegancia y una suntuosidad también excelsa. Warwick aparece de nuevo con «Don’t Make Me Over» que la lleva a terrenos más Soul y «Made in Paris» a cargo del recientemente fallecido Trini Lopez es un Pop más expansivo. Cilla Black interpreta «Alfie», de la película del mismo nombre y uno de los éxitos más importantes de Bacharach y David. En los setenta encontramos a The 5th Dimension con «Living Together, Growing Together», de tono optimista y coral. Para el cierre del disco, de la película Arthur de 1981, Christopher Cross y uno de los últimos éxitos de Bacharach como fue «Arthur’s Theme (The Best That You Can Do)», Pop melancólico. «The Windows of the World», que ya hizo Warwick en los sesenta, es interpretada en los ochenta por The Pretenders para una banda sonora de una película que no recuerdo, 1969, no saliéndose de los parámetros de Bacharach pero aportando levemente su sello. Dionne Warwick se junta con Stevie Wonder, Elton John y Gladys Knight en «That’s What Friends Are For» y termina el disco con «God Give Me Strength», del disco que en 1996 publicó conjuntamente con Elvis Costello, una canción muy melancólica y muy orquestal.

Un repaso a algunos de los hitos de Burt Bacharach, la mayor parte con Hal David, a través de este disco doble del que hemos destacado un buen puñado de canciones. Atemporales y que nos llevan a sonidos nostálgicos, melancólicos, pero también a esa luminosidad Pop a través siempre de esas cuerdas y vientos tan característicos. Un genio.