20 canciones de 2018 (del 20 al 16)

Es final de año y toca hacer las tan denostadas como esperadas listas, esas listas en las que recogemos nuestros discos, películas, libros, etc. preferidos del año que acaba. En Los Restos del Concierto continuamos con nuestra costumbre de elegir las canciones que más nos han gustado y esta vez las hemos ampliado a veinte. Son valoraciones subjetivas de los discos que hemos reseñado a lo largo de un año que no ha sido para tirar cohetes en la escena musical, aunque siempre hay cosas interesantes, y que recogen un elevado eclecticismo en nuestras elecciones aunque en general ha habido bastante concordancia.

En esta primera tanda, mucha diversidad, de jóvenes promesas a veteranos ilustres y propuestas diferentes.

20. Phil Cook, «Miles Away»

Todo un descubrimiento las canciones de este virtuoso de la guitarra y el banjo, miembro fundador de los extintos Megafaun y solicitado músico de sesión, que solo ha editado dos discos en solitario, el segundo de los cuales («People Are My Drug») nos ha impresionado este año por su frescura y buenrollismo además de por su naturalidad instrumental. Junto a la fantástica Life, afable y canalla reinterpretación de un clásico del desaparecido Allen Toussaint, nos quedamos con Miles Away, tema de lanzamiento del disco cantada y compuesta junto a Amelia Meath de Sylvan Esso y que te atrapa con su delicada nostalgia y unas voces cálidas y atinadas. Javier Castro Senosiain

19. Luluc, «Heist»

Desde Australia llega la siguiente canción, compuesta por el dúo Randell/Hassett que tan buena impresión nos causó en sus dos anteriores discos y que, fieles a su estilo, volvieron a merecer alabanzas con su disco de 2018 «Sculptor» con un cancionero que, si bien no es redondo, vuelve a contener preciosidades como este tema íntimo y austero que armado con apenas teclados, vientos y delicadas voces va creciendo tímidamente hasta quebrarse en un final emocionante y contagioso. Javier Castro Senosiain

18. Zahara, «Hoy la bestia cena en casa»

Primera de las canciones de la lista perteneciente a un disco que no hemos podido reseñar. Zahara publicó en noviembre «Astronauta», un trabajo del que había adelantado Hoy la bestia cena en casa, un giro estilístico y en las letras, dejando en este tema de lado un poco el costumbrismo al que nos tenía acostumbrado. La canción es un cañonazo, te pone a bailar y la letra tiene carga de profundidad. Un tema muy adictivo que se te mete en la cabeza y que fue una sorpresa del otoño. En breve, «Astronauta» en Los Restos del Concierto. Sergio Andrés Cabello

17. Ben Harper & Charlie Musselwhite, «When I Go»

De nuevo Ben Harper grabó con Charlie Musselwhite un excelente disco a añadir al extraordinario «Get Up» de 2013, demostrando otra vez que pocos saben desplegar como él las raíces de la música norteamericana, y si es junto a una leyenda de la armónica en excelente forma como Musselwhite, mejor que mejor. Este año grabaron un «No Mercy in This Land» pleno de aciertos y abierto por un coro lejano que precede al fabuloso y enfebrecido reef de guitarra que insistente sustenta la voz de Harper junto al sabio acompañamiento de la armónica. Una sabrosa ración de blues intemporal y directo. Javier Castro Senosiain

16. Janelle Monaé, «Screwed»

Pues hubo dudas, hubo dudas. Ya lo contamos en la crítica de «Dirty Computer», un disco que estaba ahí en la lista pero que no acababa de entrar. Pero cuando ya nos decidimos, Janelle Monáe te atrapa en uno de los discos más destacados del año. R&B moderno, Funk, ribetes Soul, etc., para una artista destacada. Y nos quedamos con Screwed, en la que participa Zoë Kravitz, una canción que, como en otros casos en el disco, nos remite directamente a un genio como Prince, muy presente en la obra de Monáe. El juego de las dos voces y esa guitarra que podría salir de los mejores trabajos del recordado Prince se ponen al servicio de una gran canción. Sergio Andrés Cabello

Janelle Monáe, «Dirty Computer»

En ocasiones hay artistas y bandas a las que no les prestas atención, bien porque la cantidad de novedades es tal que te abruma, bien porque no acaban de convencerte. Igual el caso de Janelle Monáe encaja más con la segunda opción, en mi caso, y eso que las críticas siempre habían sido excepcionales. Recuerdo especialmente su segundo disco, The Electric Lady (2013), cuando se le presentaba como renovadora del neo Soul y del R&B, en esa contemporaneidad que busca sonidos más modernos y que mezcla elementos del Hip Hop y electrónicos. Cuando salió publicado Dirty Computer volvieron las alabanzas sobre Monáe y de nuevo volvieron las dudas, aparecían colaboraciones de relumbrón como Brian Wilson, Stevie Wonder y el inevitable Pharrell Williams, junto a Grimes y Zoë Kravitz. Y aparecía también el nombre de Prince que ya había participado en su anterior trabajo. Al final, pasados unos meses, de decidí y tengo que reconocer que nos encontramos ante un trabajo fascinante, una Janelle Monáe que te convence desde la primera canción con esa mezcla de sonidos, con su privilegiada voz y su mensaje reivindicativo. Un trabajo que te engancha desde el primer momento, con una coherencia destacada.

Comienza con una breve introducción donde los coros los pone todo un Brian Wilson, es un inicio suave basado en el contraste entre una Monáe melosa y los coros de Wilson. A continuación llega «Crazy, Classic, Life», un tema de R&B moderno, con gran fuerza y con una producción muy acertada, rapeando Monáe al final. «Take a Byte» sigue ese camino y lo supera, es una canción muy adictiva. Tras un breve interludio, llega el turno para una canción brutal, «Screwed», en la que participa Zoë Kravitz, unas guitarras fantásticas y un toque Funk para un tema muy bailable. En «Django Jane» se decanta por el Hip Hop y acierta con un rapeo con fuerza y unas bases ajustadas. A «Pynk» le da un toque más electrónico junto a Grimes, juega a los contrastes y es un tema que va entrando con las escuchas.

La segunda parte la comienza con una de mis favoritas, «Make Me Feel», canción con toques Funk y Pop que podría haber firmado el propio Prince desde las primeras notas. En «I Got a Juice» cuenta con Pharrell Williams pero en un rol diferente al que suele ocupar, y de nuevo es una canción en la que mezcla el R&B con el Hip Hop. En «I Like That» se decanta por un medio tiempo de R&B más clasicista y que incluso cuenta con algunos toques Soul. Sigue por esa misma línea con «Don’t Judge Me», otro medio tiempo de R&B. Llega el turno de un nuevo interludio a cargo de Stevie Wonder que da un pequeño sermón para dar paso a «So Afraid», donde Monáe canta con fuerza en una canción más épica. Y el cierre es para otro momento destacado, «Americans», un tema que comienza con sonidos gospelianos y que luego deriva de nuevo a la influencia de Prince, con un tema muy guitarrero y con ese recuerdo del genio de Mineápolis.

Da rabia haber dejado pasar unos meses para disfrutar de este Dirty Computer pero puedo decir que ha sido una parte fundamental de mi banda sonora del pasado mes de agosto. Fascinante Janelle Monáe, una grandísima voz. Ah, y unos vídeos muy trabajados aunque aquí nos quedamos con un directo de «Americans».