Prince, «Up All Nite with Prince: The One Nite Alone Collection»

Creo que los herederos de Prince se han propuesto llevarnos a la ruina directamente. Desde hace unos años, las novedades en forma de reedicionees con nuevos materiales, discos, directos, etc., está siendo abrumadora. Se ha anunciado que, en septiembre, llega la reedición de Sign o’ the Times (1987), una de sus obras cumbre. En fin…hay que seguir ahorrando porque, con todo lo que hizo Prince, a saber lo que tiene que tener guardado. Es cierto que la carrera de Prince se desparrama a partir de la segunda mitad de los noventa con una cantidad de discos que quedan dispersos en sus formas de publicación y estilos abordados. Es un Prince que seguro que tiene joyas escondidas. De ese periodo han llegado en los últimos meses dos reediciones a la vez. La primera, The Rainbow Children que fue publicado originalmente en 2001 y que contaba con un sonido más orgánico. La segunda es la que nos ocupa, una caja denominada Up All Nite with Prince: The One Nite Alone Collection que incluye el disco One Nite Alone…de 2002, un trabajo minimalista, con Prince prácticamente cantando al piano, y directos de esa gira que fueron publicados como One Nite Alone…Live! en el mismo 2002, un disco en recintos más reducidos y que fue firmado por Prince and The New Power Generation. Y, ojo, que entre los músicos que le acompañaron estaban los saxofonistas Maceo Parker y Candy Dulfer, entre otros, casi nada…Les acompañan Greg Boyer al trombón, Renato Neto a los teclados, Ronda Smith al bajo y John Blackwell a la batería. La reedición cuenta con cuatro CDs y un DVD y nos muestra a un Prince en plena forma, un Prince con todo su talento descomunal al servicio de canciones menos conocidas, de sus últimos discos, aunque también habrá algunos clásicos. Vamos a recorrer los momentos más estelares de estos discos que hacen las delicias de todos los seguidores de Prince.

El primer disco de la caja es el minimalista One Nite Alone en el que Prince presenta una colección de canciones al piano, tirando de intensidad y de falsete. De las más destacadas son «One Nite Alone…», «U’re Gonna C Me», los fraseos en «Here on Earth», la versión del tema de Joni Mitchell «A Case of U», la mayor aceleración en «Have a Heart» y la inclusión de elementos de percusión en «Pearls B4 The Swine». Un disco en el que demuestra cómo es capaz de tocar varios registros, en este caso el del intimismo.

Luego llega el turno de One Night Alone…Live!, ya con la banda. Un doble disco que cuenta con diferentes partes y con canciones que se expanden en no pocos casos por encima de los diez minutos, dando al sensación de una gran jam session. El primer CD se centra mayoritariamente en The Rainbow Children, el disco de 2001, más centrado en el Jazz aunque aquí le dota de potencia Funk. Prince vuelve a demostrar sus dotes como cantante y guitarrista. Hay momentos destacados como la intensidad que le da a «Muse 2 The Pharaoh», «Xenophobia» en el que presenta a toda la banda, el sonido más Funk y con la guitarra de Prince poderosa en «1+1+1 is 3» en la que entra en comunión con el público. También destaca «Strange Relationship» que recupera del Sign o’ the Times, un clásico Pop que lleva a un lado más Funk, la cual enlaza con «When U Were Mine» de 1980, de su disco Dirty Mind y que es uno de los momentos más destacados del disco. Finaliza esta primera parte con «Avalanche» del One Nite Alone que mejora con respecto al original gracias a la banda y, en especial, a los vientos.

El segundo CD es más ecléctico en la procedencia de las canciones, hay hits y se expande a los diecisiete temas aunque algunos son meras incursiones. La banda está espectacular y comienzan con «Family Name» del The Rainbow Children que destaca en sus giros del Jazz al Funk y que cuenta con fragmentos del discurso de Martin Luther King. «Take Me With U» (Purple Rain) y «Rasperry Beret» (Around the World in a Day) se enlazan estando inconmensurables, dos grandes canciones de Prince que se juntan con «Everlasting Now» también de The Rainbow Children, un Funk expansivo que gira hacia sonidos latinos en la línea de Santana con Prince demostrando su virtuosismo como guitarrista. Tras esta canción, la banda deja el escenario y se queda Prince solo al piano, donde irá tirando de su cancionero aunque con incursiones en no pocos casos, menores de dos minutos. Comienza con «One Nite Alone…» para irse a «Adore», otro clásico del Sing o’ the Times. Luego suma «Adore» (Sign o’ the Times), «I Wanna Be Ur Lover» (Prince), «Do Me, Baby» (Controversity), el interludio de «Condition of the Heart» (Around the World in a Day), la intuición de «Diamonds and Pearls» (Diamonds and Pearls) con poco más de cuarenta segundos y «The Beautiful Ones» (Purple Rain). Tras este carrusel de éxitos, llega «Nothing Compares 2 U», casi cuatro minutos con incorporación de la banda, pero regresa al formato anterior con «Free» (1999) y «Starfish & Coffe» (Sign o’ the Times). Emocionante resulta «Sometimes It Snows in April» del Parade y uno de los momentos más grandes es la interpretación de «How Come U Don’t Call Me Anymore» que fue una cara B del single de «1999» en 1982, fue incluida en su recopilación de 1993 y que también grabó años más tarde Alicia Keys. Es una gran canción con un tono Soul tremendo y con la banda brutal, llevándola por encima de los cinco minutos. El cierre es para «Anna Stesia» del Lovesexy, más de trece minutos de cierre con una banda en modo jam session y con Prince haciendo de nuevo de las suyas a la guitarra.

Pero queda más. The Aftershow: It Ain’t Over! es un complemento que incide en el modo expansivo de algunas interpretaciones. Primero, «Joy in Repetition» del Graffiti Bridge se lanza a casi los once minutos con Prince sobresaliendo a la guitarra. En «We Do This» cuenta con una leyenda como George Clinton para un Funk adictivo y «Just Friends (Sunny)/If You Want Me to Stay» es un medley con la presencia de Musiq, autor de la primera, y el clásico de Sly and the Family Stone. Un sonido R&B de finales de los noventa y comienzos del siglo XXI en el que Prince vuelve a deleitar con la guitarra eléctrica. A partir de aquí, sigue la explosión de sonidos con el Funk «2 Nigs United 4 West Compton» de The Black Album, que se une a la gran «Alphabet Street» (Lovesexy) con los teclados y los vientos como destacados. Descomunal jam monta en «Peach», más de once minutos de Funk marca de la casa. «Dorothy Parker» (Sign o’ the Times) comienza de forma pausada pero luego se adentra en toques latinos y la sección de viento vuelve a sobresalir. «Girls & Boys» del Parade es otro Funk en el que la banda es protagonista y el cierre es para «The Everlasting Now (Vamp)», menos de dos minutos de cierre en la misma línea y con la banda ya fuera de sí.

Esta edición de 2020 se complementa con un DVD en el Aladdin de Las Vegas grabado en 2002 y publicado en 2003 que cuenta con la participación de Nikka Costa, Sheila E., el propio Maceo Parker, etc. Otro testimonio de la capacidad de un Prince para dar lo mejor de sí mismo. Luego, su discografía siguió creciendo con trabajos irregulares, aunque Prince nunca dejó de trabajar y sacar discos. En 2016, como es sabido, falleció dejando tras de sí un legado inigualable. Ahora, se va recuperando y poniendo en valor parte del mismo. Como decíamos al comienzo, esto nos tiene en alerta porque lo que tenía que tener guardado…

«Musicology» o Prince volviendo a las listas

El año pasado se me quedó en el tintero el disco de Prince de 2004 Musicology. Se cumplían entonces quince años del último disco con el que Prince volvió a ventas millonarias, tras elegir un camino más enrevesado cuando, poco más de una década antes, Prince decidió enfrentarse al mundo de la industria musical. Recordemos que, en 1991, Prince había publicado un disco que a mí me gusta mucho, y que en parte se emparenta con Musicology, como es Diamonds and Pearls. Pero, en 1992, Prince se hacía llamar «Love Symbol» y publicó bajo el mismo título su décimocuarto disco. A partir de ese momento, no paró frente a Warner y todos recordamos la denominación «el artista antes conocido como Prince» y lo de la palabra esclavo en su cara al recoger un premio. Todo aquello dejó de lado su música, aunque seguía sin parar, como solía hacer. Entre 1994 y 1995 publicó Come, The Black Album The Gold Expierence. En 1994 había sacado «The Most Beautiful Girl in the World», una edulcorada y maravillosa balada que le situó en lo más alto de las listas, una vez más. Pero, para la mayoría, Prince era una figura extravagante que se cambiaba el nombre y que había perdido el rumbo. En 1996 publicaría su último disco con Warner, Chaos and Disorder, y el explícito Emancipation con una portada en la que se ven dos manos soltándose de sus cadenas. No eran buenos momentos en lo personal para Prince cuyo hijo con Mayte García falleció a los pocos días de nacer por una enfermedad una semana después de nacer.

Prince desapareció de las grandes redes de distribución de discos. No recuerdo apenas discos nuevos de Prince en las tiendas, y eso que él no paraba de publicar. La caja Crystal Ball (1998), dos en 1999, The Rainbow Children (2001), en 2003 sacó dos, y en 2004, junto a Musicology, otros dos. Todos ellos los sacaba con su sello NPG (New Power Generation) y, la diferencia de Musicology es que Prince firmó con Columbia el acuerdo de distribución con lo que llegaría a un público mayor. También es un disco más convencional, dejado de la experimentación y la deriva hacia otros estilos que Prince cultivó, y seguiría haciendo. En ese disco participaron los saxofonistas Maceo Parker y Candy Dulfer, el teclista Clare Fisher, Sheila E., etc. Prince quería dar una sensación de banda también, en un disco al que le tengo un buen recuerdo.

El disco se inicia con la canción homónima, un sonido más Funk pero con el tono experimental tan de Prince, incluso con un punto Jazz. «Illusion, Coma, Pimp & Circumstance» sigue en esa misma línea, va ascendiendo y recuerda al Prince ochentero. Una de mis canciones favoritas es el medio tiempo «A Million Days» con Prince destacando en su forma de cantar. En «Life ‘o’ the Party» regresa al Funk, en la línea del comienzo del disco con una percusión muy bien interpretada. Por su parte, «Call My Name» es una balada Soul maravillosa con Prince cambiando el tono a la hora de cantar con falsete incluido. «Cinnamon Girl» es una de las cimas del disco, se escora hacia el Rock pero luego vuelve al sonido del Prince más explosivo y con la combinación de las voces como elemento diferencial en la canción.

La segunda parte se inicia con «What Do U Want Me 2 Do?», muy elegante y sutil. En «The Marrying Kind» vuelve al sonido más clásico de Prince con el toque Soul y una instrumentación poderosísima. «If Eye Was the Man in Ur Life» tiene un punto más de Rap y Prince retorna al falsete. Lo mismo hace en la intensa balada Soul «On the Cough» y sube al Funk adictivo, aunque más pausado, «Dear Mr. Man», cambiando Prince de registro al cantar. El final es para «Reflection», otra balada intensa Soul.

Musicology volvió a colocar Prince en lo más alto de las listas, vendió más de dos millones de copias, un hito para esos años y la trayectoria del de Minneapolis. Prince volvería en 2006 a firmar la distribución con una major, esta vez Universal, 3121, que le llevaría al 1 del Billboard norteamericano. En 2007 regresaría con Columbia con Planet Earth, el disco que regalaría en primicia con el dominical británico The Mail on Sunday. Ese disco, por cierto, lo acabaría comprando yo un año después en un hipermercado por 2,95 € en la cubeta de saldos…Tras este disco, Prince volvió a publicar discos que eran imposibles de seguir y lo hacía con NPG. No sería hasta 2014 cuando, en toda una paradoja, regresaría con Warner con dos lanzamientos como Plectrumelectrum Art Official Age, que se presentó como un retorno pero que no lo fue ni mucho menos. El ciclo se cierra en 2015 con otros dos lanzamientos prácticamente simultáneos, separados por unos meses, esta vez con Universal, Hit n Run Phase One Hit n Run Phase Two, que pasaron más desapercibidos. Luego llegaría su fallecimiento el 21 de abril de 2016, seguro que en estos cuatro años Prince no hubiese dejado de sacar discos y más discos. Era un genio.

«Around the World in a Day» o cuando Prince se arrancó por el Pop psicodélico

Volvemos a Prince tras la reedición del excelso 1999. Era 1985 y Prince estaba en lo más alto, el año anterior había sido tremendo, en 1984 había publicado Purple Rain como banda sonora de la película que él mismo protagonizó. Prince y Michael Jackson dominan el Pop de los ochenta aunque Madonna ya asoma con fuerza. Pero Prince, instalado en su Paisley Park de Minneapolis y con The Revolution como banda, allí estaban Wendy & Lisa entre otros, acomete su séptimo disco de estudio, su tercer trabajo con la banda. Y llega Around the World in a Day, un disco que, sin dejar el sello de Prince, es más accesible y en el mismo se lanza a sonidos más psicodélicos. Prince y The Revolution realizan un disco que estaría en la siguiente línea de la discografía del de Minneapolis, tras las cumbres que son 1999, Purple Rain y Sign o’ the TimesAround the World in a Day llega con una portada colorista y luminosa que ya descubre un sonido más vital, incluida la tipografía psicodélica de las letras en ese globo que sale volando en una esquina de la portada. Vamos a recordar este disco de 1985, uno de nuestros discos favoritos de Prince.

«Around the World in a Day», la canción que da comienzo al disco, es un tema más orgánico, muy colectiva, con un punto luminoso, Prince desgañitándose y con unas guitarras Funk que contrastan con esos coros incluso gospelianos. Homenaje a su centro de operaciones es «Paisley Park», canción más Pop en la que destacan los coros de nuevo. «Condition of the Heart» es una preciosa canción en la que Prince canta en falsete, muy intensa y emocionante con el piano como instrumento principal. Y «Raspberry Beret» es una de las grandes canciones de Prince, una brutalidad Pop con esa melodía fantástica, una maravilla, una canción atemporal y con vídeo también impresionante. En «Tamborine», Prince vuelve a la senda del Funk, ese bajo, y la experimentación futurista, siendo uno de los descubrimientos del disco para los que no estábamos familiarizados con el mismo.

La segunda parte da comienzo con otra maravilla, «America», en la que sigue la senda anterior con la mezcla de guitarras y sintetizadores. Y si hay otro hit en el disco es «Pop Life», ¿qué se puede decir de esta canción?, con ese bajo, la elegancia y el juego de las voces con Wendy y Lisa. «The Ladder» es otro descubrimiento, una balada de gran intensidad y épica, Wendy y Lisa siguen siendo claves y el saxofón de Eddie M. es también un contrapunto muy acertado. Y se cierra con «Temptation», más de ocho minutos para una canción excelsa, esas guitarras del comienzo, los vientos y la voz de Prince, de nuevo impactante.

Prince, que no tenía ya nada que demostrar a esas alturas, siguió marcando el ritmo de los ochenta, pero a su manera y con su estilo. No dejaría de seguir sacando discos y en 1986 llegó Parade, último con The Revolution, en donde dejó el sonido más psicodélico y Pop, pero de eso nos ocuparemos el año que viene. Luego llegaría otra barbaridad de su carrera, Sign o’the Times (1987), un disco doble que también nos está acompañando estas semanas. Prince, un genio sin duda alguna, como siguió demostrando con Around the World in a Day.