Mumford & Sons, «Delta Tour Live EP»

Hay bandas que a veces se quedan en un punto intermedio, cuando aparecieron con fuerza y luego se desgastan. Entre nuestros favoritos en ese sentido, Band of Horses o Dawes, por ejemplo. Pero, también en otros ámbitos hay casos interesantes. Uno de ellos es Mumford & Sons, la banda británica liderada por Marcus Mumford y que en 2009, en plena explosión de esos sonidos Folk vinculados al «Americana» despuntaron con Sigh no More, un debut que una parte de la crítica destrozó, ahí está el 2,1 de Pitchfork, pero que se colocó en lo más alto de las listas de ventas y logró facturar más de cinco millones de discos, casi nada ya para aquellos años. A mí, ese disco me parece notable y con canciones como «The Cave» o «Little Lion Man» se convirtieron en una de las sensaciones de la temporada. Banjos, mandolinas, acordeones, etc., todo formaba parte del universo sonoro de la banda. Luego, les perdí la pista con Babel (2012) que también consiguió muy buenas ventas. Wilder Mind (2015) y Delta (2018), aquí Pitchfork les perdona con un 5,8 cuando su anterior disco había caído al 2, parece que discurren por sonidos de Pop Rock más épicos y entroncando con evoluciones tipo Kings of Leon, otros denostados por parte de la crítica, por ejemplo. Regreso a Mumford & Sons gracias a un regalo de mi querido amigo Sergio Pérez de Heredia en forma de edición limitada de un EP de su gira de su último disco que incluye agenda y póster. Todo un lujo, ¡mil gracias Sergio! Y también, obviamente, un EP con una decena de canciones en vivo en diferentes ciudades, canciones que son en su mayor parte desconocidas, que están en Delta, así como versiones, además de invitados. Nos encontramos con un disco interesante, una banda muy bien perfilada que suena de lujo, y aquí comentamos este EP.

Comienzan con un tono épico con «Slip Away», de su disco Delta, una canción que suena muy bien y que recuerda por momentos a esos Coldplay de estadio tan institucionalizados. «Blood», canción de un EP, la cantan con Gang of Youths y aquí siguen con el Pop Rock épico con vientos y un sonido melancólico que también funciona. «Blind Leading the Blind» es una canción que no incluyeron en su último disco y que aquí rescatan en directo con un tono más Folk pero más cañero y con un sonido más potente. Luego se la juegan con una versión de «Hurt», mientras que la primera parte no la sacan del terreno de Cash, la segunda parte va ascendiendo con los vientos y con la guitarra eléctrica como protagonista, aunque, obviamente, pues las comparaciones son complicadas. «Awake My Soul» nos lleva a su disco de debut y aquí la cantan con The Milk Carton Kids, un tono más intimista y Folk.

La segunda versión es «With a Little Help from My Friends» es una revisitación de este clásico en la lectura de Joe Cocker, que es la que siguen, muy expansiva y emocionante. Con «Woman» retornan a su último disco, un medio tiempo Pop que da paso a otro tema del Delta, «Wildheart», que es una canción de nuevo con un tono minimalista y convence menos. Siguen con su último trabajo con «Forever», el piano es protagonista y tiene un punto espiritual al que luego le incorporan cuerdas. Y cierran con «White Blank Page» de Sigh No More (2009), que recupera el tono épico de la primera parte del EP, de nuevo muy ascendente.

Interesante edición de Mumford & Sons, un trabajo que hay que ver en su conjunto, mil gracias de nuevo querido Sergio Pérez de Heredia. Mumford & Sons, una banda que también vimos en un BBK Live hace unos años y que ahí siguen.

Robert Plant, «Digging Deep: Subterranea»

Se ha descolgado el bueno de Robert Plant con un disco doble recopilatorio de lo más apetecible. Plant repasa carrera en solitario con Digging Deep: Subterranea. Es imposible separar, lógicamente, la trayectoria de Plant de Led Zeppelin, sombra que siempre está presente. Ciertamente, Plant comenzó en solitario ya en 1982, dos años después del final del grupo con el fallecimiento de John Bonham. Ese 1982 también vería la luz la recopilación de rarezas de los británicos Coda. A pesar de reuniones puntuales para directos, la negativa de Plant a reunir a la banda para seguir con esa trayectoria, incluso para girar, ha sido una constante, a diferencia de la actitud positiva de Page y John Paul Jones. El proyecto con Page en los noventa que se saldó con el disco en directo semiacústico No Quarter (1994) y con Walking into Clarksdale (1998) quedan como dos paréntesis que no dieron lugar a algo más consolidado. Plant se ha centrado, por lo tanto, en una carrera en solitario que desde el ya mencionado 1982 le ha llevado a once discos, el último publicado en 2017 con el título Carry Fire. La recopilación que nos ocupa nos trae treinta canciones, algunas de ellas inéditas. Plant centró la mayor parte de su carrera hasta 1990, con seis discos, muy imbuidos por la época, producciones excesivas por momentos así como uso de sintetizadores, sonido Rock donde todavía hay una continuidad en parte con Led Zeppelin. Los noventa solo verán Fate of Nations (1993) para centrarse en el trabajo con Page. Y, desde entonces, cinco discos muy espaciados, no llegaría el siguiente hasta Dreamland (2002), casi una década después. Por el camino, el exitoso Raising Sand (2007) con Alison Krauss en el que sorprendieron con un trabajo de raíces Folk y Country producido por T Bone Burnett basado en versiones en el que las voces de Plant y Krauss se empastaban de forma soberbia. Fue el mayor éxito de Plant desde Led Zeppelin. En 2010 formaría Band of Joy para el disco homónimo, que era el nombre de su banda antes de entrar en Led Zeppelin. A continuación, el doble disco de Plant que va intercalando épocas, canciones que tuvieron más repercusión con otras que ha considerado representativas de su legado, así como versiones y algunas novedades.

El primer CD comienza con un tema de 2014, «Rainbow», un Plant muy atmosférico que va creciendo por momentos. Sigue «Hurting Kind» de 1990, una canción que es más rockera y que va a contar con esa producción tan ochentera pero que funciona como un Rock festivo y poderoso. «Shine It All Around» ya es de 2005, aquí nos encontramos con un Plant épico y poderoso, con guitarras potentes en una de las canciones más fantásticas del disco. «Ship of Fools» (1988) es más pausada, aquí prima el Folk y el tono atmosférico de nuevo. «Nothing Takes the Place of You» es una de las novedades, es una versión con un tono intenso y que lleva al Soul de los sesenta. «Darkness Darkness» (2002) es otro Rock épico con un Plant de lujo, emocionante y de final intenso. En cuanto a «Heaven Knows» (1988), es un Rock de esa década con una producción prototípica, abusando incluso de coros, pero siendo una gran canción. «In the Mood», de 1983, está más en la línea de Led Zeppelin y con una producción todavía más intrusiva. «Charlie Patton Highway (Time It Up – Part 1)», es una versión novedad en el disco, un Blues de guitarras impactantes. «New World», de su último disco en 2017, incide en un Rock épico y expansivo y «Like I’ve Never Been Gone» sale de su debut de 1982, de nuevo el sonido vinculado a Led Zeppelin y una intensidad épica que irá reduciendo en posteriores entregas. En 1993 llega «I Believe» que sorprende porque deriva hacia tonos más Pop y resulta otra de las canciones más destacadas de este primer CD. «Dance With You Tonight» (2017) es otra muestra del Rock fantástico de su último disco hasta la fecha, y «Satan Your Kingdom Must Come Down» es un tema tradicional maravillosamente adaptado con Band of Joy con un sonido Folk y un toque espiritual y gospeliano. El cierre de este primer CD es para la minimalista «Great Spirit», Plant y el guitarrista Rainer Placek en modo Blues acústico.

El segundo CD comienza con «Angel Dance» (2010), una canción muy grande de Rock con un punto Folk. En «Takamba» (2005) sigue hacia el Blues, aquí también hay huella de Led Zeppelin, con un Plant cantando con un gran estilo. En «Anniversary» (1990), vuelve la producción de la época, siendo una canción enorme con un Plant épico y aullante. «Wreckless Love» (1983) cuenta con un sonido orientalizante, en la línea en la que ya aparecía en Led Zeppelin. Menos conseguida nos parece «White, Clean and Neat» (1988), que es un Rock lastrado por la producción que utilizó en esa década. «Silver Rider» (2010) recupera el tono de la épica con un Rock profundo y épico mientras que «Fat Lip» (1982) tiene unas guitarras más luminosas con la voz de Plant destacada. «29 Palms» se acerca al Pop de los ochenta con el Rock como protagonista. «Last Time I Saw Her» (1993) recupera las guitarras potentes, siendo una canción como de varias capas lo cual la condiciona. «Embrace Another Fall» (2014) tiene un sonido diferente, hay toques de nuevo más étnicos pero también teclados. «Too Much Alike» es otra versión en un Country muy canónico que comparte con Patty Griffin, que fue su pareja durante años, siendo una de las canciones nuevas en el disco. En «Big Loo» (1982), canción de su debut, mezcla también el sonido Folk con una producción que no acaba de funcionar. «Falling in Love Again» (2010) adopta un sonido muy clasicista de los cincuenta. El final es para dos canciones de 1993 con «Memory Song», épica Rock de nuevo con un Plant en modo imperial, y «Promised Land», un Plant que es todavía más épico y con un sonido todavía más atmosférico.

Digging Deep: Subterranea es una recopilación que se disfruta enormemente, nos permite entrar en la carrera de un Robert Plant que muestra su enorme talento y cómo no la sombra de Led Zeppelin existe pero a él no parece pesarle mucho. Sí, el abuso de ciertos tics en la producción de los ochenta es un hecho, pero también son muy buenas canciones, y los discos de las dos últimas décadas también son muy interesantes.

La estrella fulgurante de Jewel y su debut «Pieces of You»

En los años noventa, y antes ni te cuento, era normal que discos que triunfaban en Estados Unidos tardasen en llegar a España. Primero, no era tan fácil porque, obviamente, Internet no estaba (o el que había era muy primigenio). Si querías conocer lo que sonaba al otro lado del Atlántico tenías que contar con una antena parabólica y ver la MTV, o que un amigo la tuviese. A veces se colaban algunos números 1 o artistas que triunfaban a lo grande en ese país en los vídeos de las cadenas televisivas. Pero tampoco estábamos en el rollo del «Americana» y cuando una banda o artista tenían potencial, pues eran las discográficas las que lo movían. Es lo que ocurrió con el Grunge y lo alternativo. Había artistas que quedaban en un tercer plano, Tom Petty & the Heartbreakers por ejemplo, o los propios The Black Crowes. Podías comprar sus discos incluso en las grandes superficies, pero no eran para nada populares. Otros, quedaban en un cuarto plazo, caso de Hootie & The Blowfish que vendían millones y millones de discos. Sin embargo, Jewel sí que tuvo una mayor presencia en las listas españolas pero cuando ya había triunfado en Estados Unidos. Jewel era una jovencísima cantautora en aquellos años que en la portada de Pieces of You (1995), tenía cara de niña y que cautivó con sonidos acústicos y Folk y con una serie de singles imbatibles. Con una voz maravillosa, Jewel también tenía canciones que se plasmaron en ese primer disco que contó con la producción de Ben Keith (Neil Young) y en el que participaron músicos del calibre de Spooner Oldham y Tim Drummond. Detrás del disco estaba la discográfica Atlantic, la de Ahmet Ertegun que en aquella primera mitad de los noventa lo habían petado con los ya mencionados Hootie & The Blowfish, que luego se quedarían en una promesa incumplida. En el caso de Jewel, venía de tocar la guitarra en clubes, en ocasiones con su padre, y atesoraba canciones que acabarían en su debut. Además, Pieces of You combina grabaciones en estudio y otras en directo en una cafetería de San Diego en la que son su voz y su guitarra las que copan el escenario, grabándose incluso los aplausos y vítores del público.

El comienzo es para una fantástica «Who Will Save Your Soul», un Folk pero que cuenta con otros elementos más modernos y con una producción de Keith ajustada, como en el resto del disco. Entra en el terreno más íntimo de la grabación en el café con «Pieces of You», delicadísima y con una voz cristalina. Sigue en ese ambiente con «Little Sister», una de las mejores canciones del disco, en la que incluso frasea. «Foolish Game» mantiene la racha del comienzo del disco, aquí la producción vuelve a ser la justa para tener ese toque perfecto, con un sonido más épico e incluso dramático. En «Near Your Always» añaden unas cuerdas pero sigue siendo la voz de Jewel la protagonista. En «Painters» se va por encima de los seis minutos para una canción más convencional, con las cuerdas como complemento. «Morning Song» es un Folk minimalista de nuevo en el que incorpora el piano y que nos recuerda al comienzo del disco.

La segunda parte comienza con la fantástica «Adrian», siempre me gustó esa canción que se va más allá de los siete minutos y que tiene una intensidad emocional que te llega. En «I’m Sensitive» se anima un poco la canción, dentro del sonido de Jewel. Y llega el turno para la impecable «You Were Meant for Me», un hit tremendo compuesto junto a Steve Poltz, como «Adrian», que tiene un tono acústico maravilloso y en la que su voz vuelve a destacar. «Don’t» también es impresionante en la que juega con sus diferentes registros vocales y en la que muestra un mayor grado de madurez. Vuelve al directo y al minimalismo con «Daddy» y en «Angel Standing By» parece apostar por un tono más espiritual en una canción más atmosférica. El cierre es para «Amen», una canción más barroca y afectada, intensa y con cuerdas de nuevo.

Como decíamos, Jewel vendió millones y millones de discos, fue un fenómeno en esos años. Sin embargo, igual el éxito le vino muy pronto, su siguiente disco, Spirit (1998), tuvo muchas menos ventas pero también estuvo destacado en listas. Pero, el gran cambio llegó con This Way (2001) en el que se abría a los sonidos más Pop, acelerándose incluso estéticamente en el más electrónico 0304 (2003). La gran esperanza del Folk de unos años antes intentaba subir a las ligas del Pop. A partir de ese momento, Jewel ha seguido con sus diferentes facetas y publicando discos, el último en 2015 con una vuelta a los sonidos de sus inicios. No hemos seguido su carrera, más allá de la sorpresa que supuso su giro al comienzo del siglo XXI y no se convirtió en la «nueva Sheryl Crow», pero su debut queda para enmarcar.